Las provincias de A Coruña y Pontevedra están marcadas en rojo en el mapa de la accidentalidad de la Dirección General de Tráfico (DGT). Pese a que en el conjunto autonómico, las carreteras gallegas cierran los primeros nueve meses del año con un descenso de la siniestralidad -un total de 64 fallecidos, casi un 6% menos que los 68 contabilizados de enero a septiembre del año pasado-, las vías coruñesas y pontevedresas suman más víctimas mortales que en 2014.

En el caso de A Coruña, las colisiones y salidas de vía en lo que va de año dejaron un total de 29 muertos, un 38,1% más que los 21 del ejercicio pasado. En Pontevedra, el incremento fue del 25%: se pasó de 16 fallecidos a 20 en los primeros nueve meses de este año.

La otra cara de la moneda son las provincias de Lugo y Ourense, que mantienen la tendencia a la baja de los últimos años, con 10 fallecidos en las carreteras lucenses (nueve menos que el mismo periodo del año pasado) y 5 en las vías ourensanas (casi un 60% menos que las 12 contabilizadas de enero a septiembre de 2014).

Las campañas especiales promovidas por Tráfico y los refuerzos en los controles de velocidad y drogas han permitido desde el pasado mes de mayo reducir el número de accidentes mortales registrados en la comunidad, con la excepción de julio y agosto que mantuvieron las mismas cifras que el ejercicio pasado: 9 y 8 siniestros con fallecidos, respectivamente. Abril había sido un mes negro en las carreteras gallegas, ya que se pasó de los 5 muertos registrados el año pasado a nueve. En mayo se empezó a invertir esta tendencia, con tres fallecidos, uno menos que el mismo mes de 2014.

El pasado mes de septiembre se cerró en Galicia con un total de 12 víctimas mortales, un 33% menos que las ocho registradas el ejercicio pasado. La provincias de A Coruña y Ourense se alzan con los mayores descensos: dos muertos en las carreteras coruñesas frene a los 5 de septiembre del año pasado y ninguno en las vías de Ourense, que en 2014 había registrado tres. Por el contrario, Lugo cerró septiembre con tres fallecidos, dos más que el año pasado y Pontevedra tuvo el mismo balance: tres muertos.