El cinturón de seguridad es un seguro de vida que reduce a la mitad el riesgo de muerte en caso de accidente y hasta cinco veces la posibilidad de resultar herido o fallecido en un siniestro en casco urbano. La ley de seguridad vial establece que el uso de estos dispositivos es obligatorio para todos los ocupantes del vehículo tanto en vías urbanas como interurbanas. No hacerlo significa cometer una infracción grave sancionada con 150 euros y la pérdida de tres puntos del carné para el conductor. Pero ni las sanciones, ni el carné por puntos o las campañas de concienciación que cada año lleva a cabo la Dirección General de Tráfico (DGT) parecen surtir efecto. De hecho, los resultados de la última campaña de sensibilización y control del uso de cinturón de seguridad y de los sistemas de retención infantil, realizada en la semana del 7 al 13 de septiembre, revelan que 203 personas circulaban sin usar estos dispositivos, es decir, una treintena al día.

En siete días, los agentes han comprobado si 26.892 personas -entre adultos y menores de 12 años- llevaban correctamente abrochado el cinturón, y en el caso de los menores, si viajaban con el sistema adecuado a su peso y talla. En las provincias de Lugo y Ourense se detectaron seis infracciones en cada jornada de vigilancia, con 45 y 47 casos respectivamente. Ambas superan a la provincia coruñesa, con una media de cinco personas que incumplieron la norma cada día y un total de 38 en toda la semana. Supera esta media Pontevedra con una decena de casos al día -73 en total- aunque también es la provincia en la que más controles se realizaron. En concreto, unos 9.000 frente a los 6.000 de media en A Coruña, Lugo y Ourense. En toda la red viaria española, los agentes controlaron a casi 344.000 vehículos entre los que encontraron a 3.000 infractores, lo que supone 428 en cada jornada de campaña.

Además de iniciativas específicas como ésta, los agentes de la policía autonómica y local realizan controles periódicos en sus zonas de actuación. La vigilancia con helicópteros como el Pegasus también demuestra que son muchos los ocupantes del vehículo que circulan sin cinturón o lo utilizan de forma incorrecta. Por eso, la DGT ha querido concienciar de los peligros de esta infracción con la difusión de varios vídeos captados desde el aire.

Las estadísticas de siniestralidad de Tráfico también revelan la gravedad del problema. En este sentido, el año pasado un 23% de los usuarios de turismos y furgonetas fallecidos en siniestros producidos en vías interurbanas no llevaban puesto el cinturón, un porcentaje que se eleva al 30% en áreas urbanas.

Desde la DGT alertan de que a una velocidad de 80 km/h, un choque frontal sin usar el cinturón suele producir el fallecimiento o lesiones graves de los implicados. Recuerdan además que en este tipo de impactos, la probabilidad de que un ocupante de los asientos traseros sin cinturón golpee de muerte a otro de los de delante puede ser ocho veces mayor que si llevase colocado el dispositivo de seguridad.

Sujección infantil

En cuanto a los sistemas de retención infantil, la DGT avisa de que un niño sin sujeción multiplica por cinco las posibilidades de sufrir lesiones graves o mortales en caso de accidente, ya que solo si se circula a 5 km/h un adulto podría impedir que el menor salga disparado hacia delante en el choque. Uno de los objetivos recogidos en el Plan Estratégico de Seguridad Vial 2011-2020 es lograr precisamente que ningún niño pierda la vida en la carretera por no ir correctamente sentado en una silla adecuada a sus medidas.

Aparte del riesgo personal que conlleva no utilizar los sistemas de retención homologados porque permiten salvar millones de vidas, puede tener consecuencias económicas. La organización Automovilistas Europeos Asociados (AEA) advierte de que no hacer caso de los elementos de seguridad en el automóvil puede acarrear una reducción de las indemnizaciones a las que tienen derecho las víctimas tras sufrir un siniestro. Incluso las aseguradoras -aclaran- pueden reclamar a sus clientes si han incumplido las normas de seguridad.