Los ingresos del pasado año por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones superó ampliamente las previsiones de la Xunta, al recaudar 234,8 millones de euros, casi 62 millones más que los programados en sus presupuestos. Una de las causas fue el plan especial de control de la Axencia Tributaria de Galicia, que permitió ingresar 36 millones adicionales tras revisar al alza las liquidaciones de los herederos.

La agencia comprobó las autoliquidaciones presentadas por 115.600 contribuyentes para verificar que el cálculo realizado por el heredero sobre lo que tenía que pagar era el correcto y al 11% se le aumentó la carga impositiva.