-¿Qué va a pasar el próximo domingo en las elecciones catalanas?

-Los independentistas no van a tener la mayoría que ellos consideran necesaria para seguir adelante con su proyecto. No habrá mayoría de escaños y a partir de ahí, tras las elecciones generales, el nuevo gobierno y todas las fuerzas políticas, incluyendo a los nacionalistas, tienen que sentarse y buscar una solución que nos permita ver un horizonte despejado.

-No se han sentado a hablar en todo este tiempo, ¿cree que lo harán después?

-A lo largo de los últimos años se ha visto que el número de independentistas, según las encuestas, crece. Al Gobierno y al partido en el Gobierno le ha faltado pedagogía. Frente a quienes dicen que una Cataluña independiente es mejor, faltó el discurso del no, de defender que los catalanes estarán mejor en España. Faltó ese discurso y así estamos en la situación que estamos.

-¿Y es partidario de reformar la Constitución como defiende algún dirigente del PP o mejor no tocarla por lo que pueda pasar, como sostienen otros?

-Después de casi 40 años de Constitución es el momento de acordar retoques. Creo que realmente llegó el momento de que tras las elecciones se sienten las fuerzas políticas, y desde la racionalidad y el sentido común y el espíritu de concordia y no desde la intransigencia, poner encima de la mesa, incluir en la agenda una reforma de la Carta Magna que permita vislumbrar un horizonte.

-¿Qué trato daría a Cataluña y, por ende, a Galicia?

-La cuestión es una reforma que cuente con un amplio consenso y donde se aborden cuestiones como el Senado y Cataluña. Opino que todos los partidos que apuestan por la democracia y el Estado de Derecho deben designar una ponencia de expertos que marque las pautas para poner al día la Constitución, respetando los valores fundamentales.