"Un quirófano de ahora no se parece en nada a uno de 20 años atrás, pues con las aulas tiene que pasar exactamente lo mismo". Elena Añel es doctora en Psicopedagogía y profesora especializada en Pedagogía Terapéutica y acaba de terminar su tesis sobre la implantación de las tecnologías en el sistema educativo gallego, tras cinco años de seguimiento del uso de los ordenadores en colegios de la provincia de Ourense, coincidiendo además con la puesta en marcha del proyecto Abalar.
Tras reunirse con los dinamizadores TIC de varios centros de la provincia, tanto privados-concertados como públicos, y realizar un estudio y un control de las clases con ordenadores y pizarras electrónicas, Añel llegó a la conclusión de que las TIC están "poco adaptadas" a la realidad del aula. De momento, Añel destaca que los estudiantes no adquieren más competencias por un mayor uso del ordenador. La docente considera que la implantación del plan de nuevas tecnologías en cada colegio depende, al final, de la voluntad del dinamizador o el equipo directivo que se encarga del mismo: "muchas veces se carga toda la responsabilidad del desarrollo e implantación del plan de tecnologías del colegio en un solo docente, en este aspecto, para mejorar la puesta en marcha del plan de cada colegio recomendamos precisamente que no puede depender de la voluntad de un solo profesional docente, sino que tiene que existir un equipo y con funciones diferenciadas", expresa Elena.
Su tesis "El plan TIC en la educación obligatoria: análisis de un lustro", que Elena escribió en gallego para aumentar el número de trabajos en esta lengua en el ámbito educativo, estuvo dirigida por la doctora Manuela Raposo, profesora de Tecnologías Aplicadas a la Educación en la Facultad de Ciencias de la Educación del Campus de Ourense. Añel centra gran parte de su trabajo en la organización del plan TIC del centro y en la formación del profesorado. En cierta medida está vinculado, en el sentido de que los centros con mayor número de profesores con formación TIC acaban integrando mejor el plan tecnológico, por asignaturas y logrando introducir las competencias digitales de una manera transversal. "Todo tiene que estar vinculado, lo que no puede pasar, por poner un ejemplo, es mandarle a un alumno buscar una palabra en el diccionario, con el tiempo que lleva, cuando él sabe que por internet es muchísimo más rápido; me refiero para que el alumno lo entienda, porque evidentemente se puede aprender de las dos formas pero han de estar vinculadas", expresa Añel.
Tiene la sensación, tras el trabajo de campo, que los centros integrados en el proyecto Abalar están mucho más avanzados en la implantación de las tecnologías: "tampoco sería bueno que los que no están se queden atrás en la integración". Insiste en que la formación del profesorado es fundamental: "y no todos los docentes están interesados en formarse en TIC, de hecho los que lo hacen es porque les gusta, o porque tienen el proyecto Abalar en el centro y les apetece; creo que habría que ampliarla y cuantos más mejor, porque el tren de las tecnologías va muy rápido y ya no es futuro, son presente y los estudiantes tienen que formarse ya en ellas", argumenta la docente, de 35 años.
"Un sistema educativo comprometido con las exigencias de una sociedad cambiante debe dar respuesta a las necesidades de los nativos digitales", añade Añel. Lo que ocurre en la actualidad, para esta profesora, es que el alumnado es muy bueno en el uso de los móviles, los ordenadores, las tablets... "por ello el profesorado debe avanzar a pasos agigantados porque, lo que sería nefasto, según mi punto de vista, es que el alumnado, en algún momento, tenga la sensación de controlar más, de ir más rápido que el profesor", argumenta.
En cuanto a los recursos de los centros, la profesora de tecnologías cree que el problema es más de formación que de recursos. "La Consellería de Educación está invirtiendo en equipos, ordenadores, pizarras... los centros tienen dotación tecnológica. Es más una cuestión de que el profesorado sepa utilizar bien esos equipos. Por ejemplo, si los ordenadores vienen con software libre los docentes tienen que saber utilizarlo, de lo contrario no vale de nada", concluye.
