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SALARIOS

El recorte de sueldos deja a Galicia con la remuneración por hora más baja del país

El coste laboral cayó en el segundo trimestre, el mejor en ocupación desde 2006, un 2,1% -La brecha con el gasto medio por empleado en España suma 350 euros al mes

El coste laboral cayó en el segundo trimestre // FARO

El trimestre comprendido entre abril y junio fue el mejor desde 2006 para la ocupación laboral en Galicia. La comunidad creó 22.400 puestos, según la última Encuesta de Población Activa (EPA), y la tasa de paro cayó cerca de dos puntos, hasta el 20%. Pero la recuperación viene cargada de matices, incluso en periodos que, como la antesala del verano, son teóricamente propicios para afianzar las plantillas de cara a la temporada estival. Hay mayor oferta, pero también un aumento considerable de las jornadas parciales, la contratación por horas y se consolida la merma de sueldos que se estrenó con el estallido de la primera de las dos recesiones que sufrió la economía española. Ese segundo trimestre es un buen ejemplo de las tendencias actuales del mercado de trabajo. Galicia registró el segundo mayor descenso del coste laboral. El desembolso que cada empleado supone para un empresario. ¿La razón? Porque disminuyen tanto el sueldo como el resto de percepciones mensuales -indemnizaciones o prestaciones sociales, por ejemplo-, lo que incide de lleno en la brecha entre las condiciones salariales de la región y la media estatal -ya roza los 350 euros- y deja a Galicia con el pago por hora más bajo del país.

¿Cuánto costaba mantener un empleado en Galicia en el segundo trimestre? 2.242,9 euros al mes, un 2,1% menos que entre abril y junio de 2014, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El llamado coste laboral, en cambio, aumentó en el conjunto de España un 0,4%. Solo Castilla-La Mancha acumuló un descenso superior al de Galicia, del 3,4%. El recorte es más abultado en el caso concreto de la parte del gasto que se destina al sueldo del trabajador. Son 1.635,8 euros en la comunidad, con una caída interanual del 2,2%. Se repite la diferencia con el resto del país, donde el coste salarial repuntó un 0,6%, hasta los 1.941,7 euros. La parte ordinaria del sueldo, sin el peso de pagas extras, se reduce a 1.447,9 euros.

El coste laboral aumentó en ocho autonomías. Un 2,5% en Castilla y León; un 2,4% en Aragón; el 2% en Canarias; un 1,8% en Baleares; el 1,7% en Madrid; un 1,2% en Andalucía; y un 0,8% en Cataluña y La Rioja. El salarial lo hizo en 10, con variaciones que van del 0,1% de Asturias al 2,7% de Castilla y León. La comparación con lo que ocurría en 2012, el año de mayor caída del Producto Interior Bruto (PIB) de la crisis, revela que tres comunidades tienen hoy salarios menores que en aquel momento: Castilla-La Mancha (-0,3%), País Vasco (-0,3%) y Comunidad Valenciana (-1%). La mejora en las otras regiones es muy desigual y Galicia aparece con una de las revalorizaciones más discretas. Tan solo un 1,1% de alza, frente al 3,1% del total nacional, como también coinciden los datos que ayer dio a conocer el Instituto Galego de Estatística (IGE).

Mire por donde se mire, la remuneración mensual a los trabajadores en Galicia está entre las más bajas del país. Únicamente en Extremadura tanto el coste laboral como el salarial es ligeramente mayor. La comunidad cae hasta el último puesto en el pago directo al empleado por hora efectiva. Fueron 12,2 euros en el segundo trimestre del año, después de una rebaja del 2,2%. Entre enero y marzo había tres comunidades con un salario por hora peor que el de Galicia. Las que habitualmente cuentan en general con sueldos también menores. Canarias, Extremadura y Castilla-La Mancha. En lo que se embolsan por hora efectiva de trabajo, los trabajadores gallegos -con una jornada semanal de casi una hora más- cobran un 1,1% menos que en 2012.

Los descenso más contundentes del coste salarial en Galicia están en la construcción, un 4,4% menos, y en industrial, donde el recorte alcanza el 3,1%. En las empresas vinculadas al ladrillo aparecen además las excepcionales caídas en las cargas que para el empresario representan las cotizaciones obligatorias -un 3,1% menos- y el espectacular incremento del peso de las subvenciones y las bonificaciones en los contratos, un 140% por encima del segundo trimestre de 2014.

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