El fin de la operación Centinela Gallego, realizada por el Ejército, se ha saldado con más de 170 avisos sobre incendios, quemas de rastrojo, presencia de personas sospechosas y de material incendiario, facilitados a las autoridades autonómicas responsables. El objetivo de la operación, según destaca el Ministerio de Defensa en un comunicado, "se considera cumplido", con un balance "positivo".

"Hay que resaltar la eficaz labor de vigilancia y disuasión que realizan las patrullas así como la buena aceptación que, año tras año, se demuestra por parte de los ciudadanos, circunstancia que ha sido puesta de manifiesto por todo el personal participante en la operación", señala.

A lo largo de los dos meses de operación, se han desplegado alrededor de 450 militares, las patrullas han mantenido un contacto permanente con los distintos organismos implicados en la lucha contra incendios, han recorrido más de 470.000 kilómetros, y como novedad, este año, se realizaron aproximadamente medio centenar de vuelos con el sistema Raven (mini avión no tripulado).

En la operación Centinela Gallego han participado personal y medios de unidades del Ejército de Tierra, en concreto de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable Galicia VII (Brilat) procedentes de sus tres sedes (Pontevedra, Asturias y Valladolid), y de unidades de la Armada, pertenecientes al Tercio Norte de Infantería de Marina (Ferrol).

Estas unidades han cubierto tres de las cuatro provincias gallegas y han estado bajo el mando táctico del jefe de la Brilat, el general de brigada Luis Cebrián Carbonell.