Uno de los principales problemas, cuando se le pregunta a Faysal, son las diferencias "entre la élite alauita y la mayoría suní en el país". "Hace años, cuando empezaron las divisiones, los sunitas querían que sus hijos estudiaran Medicina, Arquitectura o cualquier profesión pero no que fueran para el Ejército. Los alauitas coparían luego las instituciones", expresa Deiri. Reflexiona para sí mismo: "yo soy sunita, en teoría, aunque nunca me paré a pensar qué significa exactamente, porque ya lo eran mis abuelos". "Sí que es cierto que los sunitas querían un futuro para los suyos, con formación", apunta. También su familia se rompió. De siete hermanos, todos están fuera excepto uno, que prefiere estar en el país a pesar de las circunstancias.

"Un hermano que se fue para Grecia y yo que me vine para Galicia fuimos los primeros en marcharnos. Después se fueron otros a Francia, Alemania, Estados Unidos y Arabia Saudí. Solo uno optó por quedarse", cuenta Deiri. "Me da mucha rabia porque mis hermanos tenían muy buena formación, con carreras, y han tenido que huir y empezar de nuevo", concluye.