Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La crisis del sector lácteo

Las vacas también piden un precio justo

La manifestación en defensa del sector congrega a miles de personas en Santiago y en Lugo - Los bloqueos a los centros comerciales y los atascos se mantienen en la capital

A la entrada de la Xunta, las novillas saludaron a los agentes de la Policía Autonómica. // Xoán Álvarez

"Zaz", "Tobita", "Manda" y "Tella", cuatro novillas de una granja de Vila de Cruces, fueron las líderes de la manifestación de ayer en Santiago, que reunió, según los organizadores, a unas 15.000 personas (que la Delegación del Gobierno reduce a 4.000), que cruzaron la ciudad hasta la sede del Ejecutivo de la Xunta, en San Caetano, con un objetivo: reivindicar precios justos para la leche y clamar por la supervivencia del sector. Casi al mismo tiempo otras cinco mil personas hacían suya esa consigna en Lugo y proclamaban a la vez que "la unión hace la fuerza".

El que esas cuatro vacas que aún no dan leche lideraran la comitiva, por delante de la cabeza de la manifestación que llevaba el lema "Ni un paso atrás en la defensa de los ganaderos gallegos", tiene explicación. Como señalaba la joven María Manteiga, que las guiaba, simbolizan el futuro del sector. "Decidimos traerlas porque nos representan y para que el Gobierno y la Xunta vea lo que tenemos y lo que dentro de un par de años, como sigamos así, no van a poder ver en Galicia", explicaba esta joven, que lamentaba que ser ganaderos parezca "una carrera de fondo" cuando "debería ser un orgullo como en otros países poder vivir de nuestro trabajo". "Nosotros también queremos estar orgullosos de ser ganaderos", reivindicó.

Tras un recorrido más rápido de lo habitual (los manifestantes llegaron a la sede de la Xunta en solo 45 minutos, pese a la pausa de las novillas para beber en una fuente, para regocijo de niños y mayores) y después de que los animales descubrieran que el césped de la Xunta tal vez no sea precisamente un prado, pero también vale como tentempié, Águeda Capón, una joven ganadera de Chantada, leyó un encendido manifiesto en nombre de sus compañeros que advertía: "Si el campo languidece, con él languideceremos todos".

En el documento, preludio de un paseo simbólico de los ganaderos en torno a un San Caetano que sigue tomado por sus tractores, los productores lácteos -unas diez mil familias que, con su trabajo, "favorecen que se creen unos cien mil empleos"- denunciaron que viven una situación "absolutamente dramática" tras "soportar lustros de chantaje, amenazas veladas y precios tirados por el suelo". "El Gobierno de Madrid y el de Santiago saben que es indigno amenazar a los productores con no recogerles la leche hasta bajar a los 0,22 euros o menos por litro", leyó Águeda, quien tachó esos actos de "inmorales". "Como también lo es que en los hipermercados", añadió, "se ponga más barato el precio de un litro de leche que el de un litro de agua".

Frente a ello, el colectivo solicitó a las Administraciones ser "tratados como el resto de los ganaderos de la UE", cuyos gobiernos tienen, afirman, "clara la importancia económica, social y, en definitiva, estratégica" de un sector que ayuda a "fijar población" en un momento en que "Galicia está en riesgo de sufrir un colapso demográfico porque los más jóvenes" se van al no haber "en muchos casos ni en muchas casas posibilidad de seguir adelante con las explotaciones". Así, reclaman a las autoridades "un plan político para sacar de la agonía a las granjas".

Y no les vale, dicen, con medidas de refinanciación de deuda ni los 300 euros. Tampoco les convence del todo el borrador de Madrid, pese a sus "cosas positivas". "Falta lo más importante: un decreto de garantías que pueda asegurar que esos acuerdos entre productores, industria y distribución se van a hacer efectivos, con una escala de sanciones efectivas en el tiempo para quien se atreva a no cumplir los acuerdos", apuntaron. Al final, su reiterada demanda salió a la luz: "Necesitamos y exigimos un precio que cubra los costes de producción", para lo que pidieron a Alberto Núñez Feijóo "poner toda la voluntad y su peso político" para "solucionar el problema". "Hasta tener algo firmado que nos garantice poder trabajar con dignidad", afirman, no se moverán.

Ayer, cuarto día de la tractorada, seguían fieles a esa consigna. Mantuvieron bloqueados los accesos a las superficies comerciales de Carrefour, en As Cancelas, y de Alcampo, en Área Central, aparte de proseguir con su cerco a la Xunta. Además, aunque ayer comenzaron a salir los primeros camiones -vacíos- del centro logístico de la cadena de supermercados DIA en el polígono industrial, la empresa denunció que sufre pérdidas por más de 8 millones de euros y anunció un cierre patronal.

Por su parte, los ciudadanos aguantaron un día más las complicaciones en el tráfico derivadas de la tractorada y agudizadas por el inicio del curso. Siguen cortadas las vitales arterias de la Avenida de Lugo y del periférico, y el centro sufrió los efectos de la manifestación, aunque por poco tiempo. Pese a todo ello, el regidor de Santiago, Martiño Noriega, quiso simbolizar con su presencia en la manifestación que la ciudad es "solidaria con los problemas de nuestro sector primario", para los que demandó solución. No fue el único político que compartió con vacas y ganaderos el asfalto compostelano: Pablo García (PSdeG), Xosé Manuel Beiras (AGE), Francisco Jorquera (BNG), Agustín Hernández (PP) o Rafael Cuiña (Compromiso por Galicia) aparcaron sus diferencias ideológicas y mostraron su apoyo.

Compartir el artículo

stats