La crisis láctea ahoga al campo. El bajo precio de la leche, la subida de la luz y el gasóleo, el incremento del coste de los piensos, la escasez de forrajes por la sequía ha forzado a los ganaderos gallegos a aplicar severos ajustes en sus explotaciones. Eso o tener que echar el cierre de sus granjas para evitar ser comidos por las facturas. Deshacerse de las vacas menos productivas y las de más edad, recortar la producción e incluso diversificar con ganado de carne son algunas de las medidas que ya han adoptado los productores en la comunidad tras el fin de las cuotas el pasado mes de abril, un sistema de control de la producción instaurado en los años ochenta.

La liberalización del mercado ha colocado en la encrucijada al sector lácteo, que se enfrenta a precios muy por debajo de los costes de producción. En la mayoría de las granjas, obtener un litro de leche supone un gasto por encima de los 35 céntimos, mientras que la industria apenas abona a los ganaderos de la comunidad 28 céntimos por litro, la tarifa más baja de toda España y que los sitúa entre los que menos cobran de Europa, solo por detrás de Lituania y Polonia.

Los productores gallegos llevan viviendo la época de vacas flacas desde 2012, aunque tuvieron un pequeño balón de oxígeno en la campaña de 2013. Durante ese periodo, algunos aprovecharon para pagar las deudas pendientes y otros invirtieron en la modernización de sus explotaciones. Pero tras un 2014, que las explotaciones en Galicia cerraron con precios por encima de 31 céntimos, este año encadenó continuas bajadas del precio hasta llegar a los apenas 27,6 céntimos del pasado mes de julio frente a los 27,9 que le pagaban en junio.

"Con la crisis de precios que ha habido, los ganaderos echan números todos los meses para ver dónde pueden ahorrar, desde deshacerse de vacas viejas hasta ajustar la producción y meter más ganado de carne", explica Francisco Bello, secretario xeral de Xóvenes Agricultores.

Aunque el fin de las cuotas permite al ganadero obtener tanta leche como quiera, los productores gallegos creen que la clave para resistir la crisis no pasa por ordeñar más. Todo lo contrario: mantener e incluso reducir. "Es una manera de lograr precios más competitivos" , reconoce Bello.

En los últimos meses, el pienso subió cerca de un 10% y las plantaciones de maíz están bajo mínimos por la sequía. Estos datos son importantes, ya que la alimentación supone el 60% del coste de producción de un litro de leche. La mano de obra supone un 15%, mientras que la luz, el agua, la compra de semen artificial y el detergente para el equipo de ordeño, entre otros gastos, es el 25%.

No hay una receta para combatir la crisis de precios. "La única solución pasa por su subir el precio, que como mínimo debería estar en 34 céntimos; algunos productores abandonarían si no fuera por los créditos que tienen", lamenta Xosé Ramón Cendán, asesor técnico en la ejecutiva del SLG.

Estos 34 céntimos contrastan con los apenas 28 que perciben los productores gallegos. Pero de las casi 10.000 explotaciones lácteas en la comunidad, el 30% están al borde de la quiebra porque sus contratos con la industria se quedan por debajo de esos precios, con unas tarifas de entre 20 y 22 céntimos.

La única solución pasa por que la industria pague a los ganaderos un precio que les permita cubrir los costes de producción, que la distribución publique cuánto paga por cada litro de leche para repartir los márgenes de beneficio y que el Gobierno vele por el cumplimiento de los precios pactados así como que imponga sanciones en caso de incumplimiento, según transmitieron ayer los productores a la Organización Interprofesional Láctea, INLAC, en una reunión en Madrid. Ahora la pelota está en el tejado de la distribución y del propio Ministerio de Agricultura, según apunta Roberto García, secretario xeral de UU.AA, que acudió al encuentro en representación de Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos.

La industria está dispuesta a llegar a un acuerdo, detalla García, si la distribución firma contratos de mayor duración y al mismo tiempo publica los precios de sus transacciones. Las tres partes se sentarán de nuevo el próximo jueves con el objetivo de llegar a un acuerdo que ponga fin a la crisis de precios.