Después de veinte años como diputado provincial, doce ellos en la presidencia, Rafael Louzán Abal puso ayer fin a su etapa en la institución provincial con la presentación de su dimisión y la renuncia al escaño en la oposición. Cumple así lo anunciado el pasado 26 de mayo, justo después de las elecciones municipales, cuando se confirmó que un pacto entre el PSOE y el PP elevaría a la socialista Carmela Silva a la presidencia y apartaba a Louzán de un cargo que ocupó entre 2003 y el pasado mes de julio.

La renuncia se hizo pública mediante un comunicado del partido en el que se subraya que, pese a esta marcha formal, "seguirá realizando labores de asesoramiento y coordinación como presidente provincial del partido, dada su importante trayectoria y experiencia al frente del ente provincial". De hecho, a esa experiencia llegó a apelar en su momento el BNG para sugerir que se mantuviera en el escaño, y sus propios compañeros de grupo solicitaron su continuidad, al menos de forma temporal, para definir la linea a seguir por el PP en la oposición. De hecho, en el comunicado de ayer se indica que "su primera intención era no recoger su acta de diputado" en la investidura del pasado julio, "pero se mantuvo en el grupo a petición de sus compañeros, implicándose directamente en la puesta en funcionamiento del grupo popular y en la estrategia de trabajo".

Louzán, concejal en el Ayuntamiento de Ribadumia, accedió a la corporación provincial en 1995 y durante dos mandatos fue ascendiendo en el organigrama político de la institución y del partido, hasta que en 2003 accedió a la presidencia de la Diputación. En las elecciones de mayo de 2015 optaba a un quinto mandato, pero los resultados del 24-M dejaron al PP sin mayoría absoluta, al pasar de 17 a 12 diputados, lo que llevó a Louzán a anunciar su retirada y volcarse aún más en su actual papel como presidente de la Federación Gallega de Fútbol, sin abandonar la política, al menos de momento, ya que además de edil en Ribadumia, es presidente provincial del PP y vocal en la Zona Franca de Vigo, entre otros puestos. Apenas mes y medio después de la toma de posesión en la Diputación, deja el escaño, que probablemente pase en breve a manos de su suplente, la exalcaldesa de Ribadumia, Salomé Peña.

Su marcha del grupo popular incrementa aún más la renovación de caras en ese equipo, ya que la pérdida de cinco escaños, así como otras circunstancias, hicieron que solo repitieran cuatro diputados del mandato anterior. Ahora ya solo quedan tres "veteranos": Jesús Vázquez Almuíña, José Crespo y José Manuel Figueroa.

Las incorporaciones, además de Peña, con respecto a la última corporación fueron Nidia Arévalo, Belén Cachafeiro, Luis Aragunde, Elena Muñoz, Ángel Moldes, Luisa Piñeiro, Enrique Sotelo y Julio Alén, aunque en algunos casos solo por dos años, para dejar sitio a sus suplentes.