El Gobierno gallego, según el Tribunal de Cuentas, abusa de las modificaciones presupuestarias, una herramienta que permite, conforme avanza el año, desviar fondos de unas partidas a otras sin mayores problemas, bien porque las previsiones se han quedado cortas y se necesita más dinero o porque un proyecto decae y los recursos se destinan a otro distinto. "El importe de las modificaciones presupuestarias representa el 8% de los presupuestos iniciales, lo que afecta a la credibilidad del presupuesto aprobado", asegura en el órgano fiscalizador en su informe sobre el sector público autonómico aprobado ayer.

Las modificaciones presupuestarias son un práctica muy común, por ejemplo, para pagar gastos corrientes y de personal del Sergas con cargo a los fondos de contingencia -varios cientos de millones de euros en los últimos años-, cuando estos recursos deberían están reservados para imprevistos. Cuentas asegura que el uso de esta vía es "excesivo". Y al igual que el Consello de Contas, alerta del desplazamiento de gasto en los presupuestos de un año a otro y su difícil seguimiento para ser correctamente fiscalizados.