El líder del PP y presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, sabe que los suyos no pasan por el mejor momento. También en Galicia. Debilitados y todavía noqueados por la pérdida de enclaves políticos clave como la Diputación de Pontevedra y las ciudades de A Coruña, Santiago y Ferrol, se enfrentan a unas elecciones generales a la vuelta de la esquina. A ellos se dirigió ayer especialmente Mariano Rajoy, en la apertura del curso político en Soutomaior, al pedirles que se "pongan manos a la obra" y salgan a "ganar" los comicios porque "lo peor que le puede ocurrir a España es esa coalición que algunos ya están preparando contra quien va a ganar las elecciones", en alusión a una alianza PSOE-Podemos, un pacto que no se ha descartado desde las filas de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias y que el PP usa como arma electoral para asustar al electorado y recuperar votantes. El líder popular cuestionó la apuesta socialista por "coaliciones con partidos radicales y extremistas".

Rajoy se subió ayer a la tribuna del Castillo de Soutomaior, a donde aspira a volver y además como presidente del Gobierno el año que viene, aunque la Diputación de Pontevedra, ahora en manos de PSOE y BNG, le pone límites, a insuflar ánimos a los suyos. "Este partido no lo ha pasado bien en los últimos años, soy muy consciente. Son muy consciente de los resultados electorales, soy muy consciente de la desazón que provoca cómo después de haber tenido el apoyo de la mayoría de tus vecinos pierdes la alcaldía", dijo ayer Rajoy a los exregidores y ediles que tenía enfrente y que ahora están en el bando de la oposición porque no alcanzaron la mayoría absoluta. Ellos lo venían venir, y el año pasado en la tradicional cital de Soutomaior salieron en bandada a pedirle a su líder una reforma electoral para que gobernase el candidato más votado. Entonces Rajoy les prometió debatirlo, pero ahí se quedó porque es de los que piensa que las cuestiones de Estado se deben acordar con la oposición, y ahí tenía al PSOE enfrente.

Tras el bocado que socialistas y Mareas le han pegado a la tarta del poder municipal, Rajoy les hizo uguiño,al decirles: "Soy absolutamente consciente de todo eso pero, de la misma manera, os digo que ahora de lo que se trata es de evitar que eso se vuelva a producir cuando hablamos del conjunto de España". En roman paladino, el jefe les pidió que "se pongan manos a la obra", dejen de compadecerse por lo perdido, de lamerse las heridas y piensen que puede ser mucho peor si de aquí a finales de año no salen a la calle a cantar las excelencias de un Gobierno que ha sacado al país de "una gravísima crisis económica" , ha sentado las bases de la "recuperación económica" y ha evitado que España sea Grecia, y todo además "preservando los pilares del Estado de Bienestar".

Rajoy pidió a los suyos que pese a las dificultades y al clima no propicio multipliquen el mensaje de que "los esfuerzos" han merecido "la pena" porque "España va mucho mejor" ante una ciudadanía, donde la marca PP no suma y los recortes de los últimos años no tienen mucho predicamento.

El presidente del PP, ante un millar de dirigentes públicos y cargos orgánicos del partido, entre ellos, la ministra de Fomento, Ana Pastor, les ofreció los argumentos para defender ante los electores un segundo mandato en Moncloa. "Vamos a decirles que no hay razones económicas que vayan a entorpecer la recuperación económica en el futuro, no las hay. Si mantenemos la estabilidad política esto irá bien, y tendremos un largo periodo de crecimiento y de creación de empleo en España", aseveró Rajoy, para luego lanzar el mayor ataque al PSOE de todo su discurso: "La única amenaza que se atisba en el horizonte es la deriva del PSOE hacia el extremismo y la radicalización" y entonces sacó a colación su ambigüedad con Cataluña y su alianza con Podemos tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo.

El PP es la garantía para afianzar la recuperación económica y la oposición, ¿qué?. Según Rajoy está muy claro que tras dos meses y medio de gestión en comunidades y ayuntamientos "no han hecho cambios a mejor significativos" y es el tiempo que han tardado en darse cuenta de que "lo que decían que iban a hacer no se puede hacer". "Ya podían venir estudiados porque solo ve su impotencia", añadió.

Rajoy adelantó que ayer arrancaba un nuevo curso político y con él la etapa final de la legislatura, pero no por ello dejará de gobernar:"Aquí no hay tiempo de descuento, solo hay tiempo de juego y vamos a marcar unos cuantos goles".

Antes de las generales, vienen las catalanas, el presidente del Gobierno volvió a mostrarse muy crítico con Artur Mas y su "delirante huida hacia ninguna parte para dividir a la gente". Advirtió de que "la unidad de España no la deciden ni las Cortes, ni un Parlamento, son todos los españoles".