"No va ser la última bajo ningún concepto", señaló el coordinador de Sectores Gandeiros de la Federación Rural Galega (Fruga), Elías Somoza, en alusión a la tractorada celebrada ayer en Sarria (Lugo), la séptima en este mes. La Plataforma en Defensa do Sector Lácteo modificó el lunes su calendario de movilizaciones y a la que estaba prevista hoy en Curtis (A Coruña) le sucederán otra en Lugo el 3 de septiembre y otra el 7 en Santiago coincidiendo con el consejo de ministros extraordinario en Bruselas. En esta última protesta los tractores permanecerán hasta el día 10 en la capital gallega, cuando termina el plazo que la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, dio a las tres partes del sector lácteo -distribución, industria y productores- para llegar a un acuerdo sobre el precio de venta de la leche.

Medio millar de tractores, según las organizaciones convocantes, recorrieron las calles de Sarria para exigir medidas que permitan superar la crisis del lácteo gallego con "un acuerdo a la francesa" que implique una subida de precios y que no se venda el producto por debajo de costes. El secretario xeral de Unións Agrarias (UU AA), Roberto García, advierte de que mientras no haya soluciones que signifiquen un aumento "inmediato" de las tarifas seguirán las movilizaciones". En la misma línea, Somoza añade que anuncios del Ministerio de Agricultura -como las ayudas directas de 300 euros por vaca para explotaciones con más dificultades- no van a servir para frenar las tractoradas porque "no arreglan el problema de raíz". La plataforma confía en que el "sentido común" impere porque si no hay acuerdo se hará "una huelga de entregas".

García destaca que los productores están dispuestos a "ayudar" a la industria y al Ministerio a "disciplinar" a la distribución que, en su opinión, es la que fija la cuantía. Los sindicatos insisten en que la industria no puede pagar por la leche "menos de lo que cuesta producirla" y la distribución no puede abonar a las empresas menos de lo que supone "el coste de la materia prima más la transformación". Además de un acuerdo sobre los precios de la distribución a la industria y de esta a los ganaderos, el tercer eslabón de la cadena tiene sus propios deberes. La ministra les encomendó que creen organizaciones de productores y se adhieran a ellas para ser más competitivos y tengan más capacidad para negociar los precios. García Tejerina considera que las diferencias entre comunidades se deben al grado de organización que tenga el sector en cada autonomía y, por tanto, donde está menos organizado, es más "vulnerable y débil" y es ahí donde tiene que centrar su atención el Gobierno.

Galicia está a la cola de España y es la comunidad en la que los ganaderos venden la leche más barata con 28 céntimos por litro de media respecto a los 30 de la media estatal. Para los ganaderos el vaivén de precios entre comunidades no obedece a su forma de organizarse sino a una estrategia de deslocalizar la producción a regiones más próximas a los centros de consumo.

A poco más de 15 días para que el sector presente al Gobierno el resultado de sus negociaciones, los productores seguirán con sus tractores en las calles y están convencidos que sin convertir en "obligatorias" las propuestas "voluntarias" de la ministra acerca de la subida de precios, no habrá una solución definitiva para el lácteo.