Rajoy está de vacaciones en Galicia, así que ayer en Ourense combinó la agenda oficial (visita a las obras del AVE) con la estival y para hacer frente a los 30 grados que 'quemaban' en Celanova se dejó seducir por una "birrita fresquita", una caña en compañía del alcalde de Celanova, José Luis Ferro, y el diputado provincial y teniente de alcalde de Quintela de Leirado, Pablo Pérez, mesa a la que luego se sumaron la ministra Ana Pastor; el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda; el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández, y alcaldes de la comarca.
Después compartió con ellos mesa y mantel en un conocido restaurante de la villa celanovense. La intención expresada por Mariano Rajoy, que además en su paseo por la villa ourensana se fotagrofió con todos los que así se lo pidieron, era la de "escuchar las inquietudes, problemas, anhelos y deseos" de su gente.
La sobremesa fue distendida y evitando entrar en cuestiones de carácter oficial.Y al final, los comensales pagaron a escote, menos Mariano Rajoy y Ana Pastor, ya que para "eran los invitados", aseguró uno de los asistentes, que destacaba lo "dicharachero" que estuvo el presidente, con el añadido de que "en las distancias cortas, la verdad es que gana mucho".
