Una vez resuelto el riesgo de colapso económico y recuperado los ingresos, es momento de la política. Con este argumento, el presidente del Gobierno reconoció que el año que viene se abordará no solo el reparto de fondos entre las autonomías, sino también la discusión acerca de la reforma constitucional. "Sin duda alguna puede ser un buen momento para hablar, si hay acuerdo y si hay consenso, sobre si es bueno o no hacer una reforma de la Constitución en este momento", declaró ante la prensa.

Si la puerta quedó abierta para tocar la Carta Magna, Rajoy dio por seguro que "habrá que abordar" el sistema de financiación. "Era absurdo pretender abordarlo en una etapa donde no había recursos ni ingresos", alegó.

Sus palabras se producen en pleno desafío catalán. Esta comunidad celebrará a finales del mes que viene unas elecciones autonómicas que el sector independentista, encabezado por el propio presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha definido como plebiscitarias para iniciar su separación de España.

Rajoy no se refirió a ese proceso, que precederá a las elecciones generales de final de año, y se ciñó a un discurso de normalidad, esgrimiendo que los últimos cuatro años no se abordó el modelo territorial debido a que "evitar la quiebra de España" focalizó todos los esfuerzos de su gobierno.

Sobre esa modificación, Rajoy señaló como punto de partida el "buen informe" elaborado por el Consejo del Estado en 2006. "Sobre esa base se puede trabajar, si hay voluntad de hacerlo por parte de todos y se hacen las cosas serena, tranquilamente y con el único objetivo de que las cosas puedan ir mejor en el futuro".

Feijóo

Horas antes de acompañarlo en su visita, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, declaró a RNE que le parece "correcta" la idea de reformar la Constitución, con el objetivo de "concretar las competencias de las comunidades y las del Estado después de casi cuatro décadas de aplicación" de la actual. En su opinión, los "desajustes" existentes obligan a un cambio que si bien no es "urgente", si es "procedente" si se logra un "consenso lo suficientemente sólido".

En el terreno de la financiación, recordó que es necesario para solucionar los problemas de muchas autonomías, que se han endeudado hasta provocar la intervención estatal.