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Procesos contra la administración

Los pleitos de los gallegos contra la Xunta por impuestos baten récords y se disparan hasta los 155 millones

El aumento de inspecciones dispara la cantidad reclamada un 30% en tres años. Equivale al 25% de tributos autonómicos. Los fondos permanecen bloqueados hasta la resolución del conflicto

Sede de la Agencia Tributaria, de la que depende el TEAR, en A Coruña. // Carlos Pardellas

El incremento de las inspecciones fiscales por parte de la Xunta ha provocado que los fondos bloqueados por reclamaciones se disparen hasta los 155 millones de euros. Esta cifra constituye un aumento de casi el 10% respecto al año anterior, cuando el Ejecutivo no había desarrollado un plan de control fiscal específico. Si comparamos la cifra con el año 2011, el incremento alcanza el 30%.

La importancia de esta cifra queda patente al comparar su magnitud con el volumen total de ingresos impositivos propios de la Xunta, que el año pasado se incrementaron hasta los 623,7. El equivalente a una cuarta parte de ese dato está depositado en una cuenta bancaria intocable hasta que el Tribunal Económico Administrativo Regional de Galicia (TEAR), dependiente del Ministerio de Hacienda, resuelva los conflictos.

Los principales impuestos que dependen directamente del Ejecutivo autonómico son el de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, el de Sucesiones y Donaciones y el de Patrimonio. Los dos primeros se resuelven mediante las autoliquidaciones, es decir, es el ciudadano es que realiza el cálculo y paga. Ahí es donde radica la mayor parte de la picaresca o los errores y donde precisamente inciden las inspecciones de los técnicos de la Axencia Tributaria de Galicia.

Fuentes de la propia Consellería de Facenda reconocen que el aumento de la recaudación pendiente de resolver procede "del incremento de las liquidaciones derivado de las actuaciones de comprobación e inspección".

Cuando se produce un desacuerdo entre el declarante y Facenda, el primero dispone de un mes para presentar su queja, que resolverá en última instancia el TEAR. Por ello, cada ejercicio en que se produce un plan específico de la Xunta se eleva la cifra de fondos en litigio. Sucedió en 2012, cuando el montante pasó de 120 millones a 142. Un año después se mantuvo porque los técnicos de la Xunta mantuvieron una labor de inspección habitual. El ejercicio pasado, sin embargo, lanzaron otro plan de control y el dinero ascendió a 155 millones, según los datos de la Consellería de Facenda.

El plan de inspección del año pasado permitió recaudar 50 millones extra, de los que 36 correspondieron a herencias de 13.000 gallegos -lo que supone unos 2.735 euros por heredero- y otros 15 por impuestos no declarados en sucesiones y transmisiones. De acuerdo con los datos de la Axencia Tributaria, el 90% de contribuyente cumplió correctamente con sus obligaciones fiscales. En el 10% restante, se incluyen quienes cometieron errores y quienes trataron de defraudar. El personal de la Atriga elevó un 22% las inspecciones de autoliquidaciones, hasta alcanzar las 115.000.

Cantidades

El impuesto de Sucesiones y Donaciones constituye la principal fuente propia de recaudación de la Xunta, pues el año pasado logró gracias a él 251 millones de euros, casi 77 más que durante 2013, de acuerdo con los datos de la Atriga. Le siguen en la clasificación los 225 millones de las tasas sobre las Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentales, que gravan la venta de propiedades de segunda mano. Son 17 más que en un ejercicio antes.

En la clasificación les sigue el impuesto de Patrimonio, que el año pasado rozó los 68 millones tras tocar techo en 2013 con algo más de 90. Durante 2009, 2010 y 2011 el Gobierno central suprimió esta tasa.

Por otros impuestos propios, como el canon medioambiental, la Xunta ingresó 79,5 millones.

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