Xosé Clemente López Orozco se echa a un lado a 48 horas de la constitución de la corporación municipal de Lugo de la que fue presidente desde el año 1999. Renunciará al acta de concejal y también a su candidatura para repetir como alcalde, cediendo así a las presiones de Lugonovo, BNG y Alternativa Cidadá de Esquerdas que había exigido su cabeza, por estar imputado en la operación Pokemon, como condición para apoyar mañana la investidura de un regidor socialista. El apoyo de estos tres partidos resultaba fundamental porque, de lo contrario, el alcalde elegido sería el popular Jaime Castiñeira como cabeza de cartel de la lista más votada y cuya designación iba a ser automática si no hubiera una alternativa que obtuviese el respaldo de la mayoría absoluta de los ediles. Aunque el pasado miércoles, tras una reunión de cuatro horas con el secretario xeral del PSdeG, José Ramón Besteiro, el propio Orozco aseguraba que continuaba siendo el candidato socialista, parece que esa misma conversación con el líder del partido y con otros miembros le llevaron un día después a dar marcha atrás. Y es que el PSdeG se jugaba, ante el veto de los tres partidos minoritarios, servir en bandeja la alcaldía de la capital lucense al PP, que ahora queda garantizada en favor de Lara Méndez, la número dos de la candidatura socialista.

Ante este escenario, a Orozco no lo quedó más remedio que renunciar a sus aspiraciones. Lugonovo, BNG y Alternativa Cidadá habían dejado muy claro desde el principio que el alcalde no podía volver a presidir la ciudad por estar imputado por cohecho en la Pokemon. No obstante, a pesar de las presiones, incluidas las de su propio partido, definió ayer de como "estrictamente personal" su decisión, a la que se refirió como "difícil, pero muy meditada". "Tuve el honor de ser el primer alcalde socialista de Lugo y mi conciencia no me permite en este momento tomar otra decisión que no sea despejar el camino para que Lugo siga teniendo una alcaldesa socialista", dijo en una rueda de prensa convocada para anunciar su despedida.

Inocencia

Tras expresar su "gratitud" al PSOE, comentó que había tomado la decisión entre la tarde y la noche del miércoles tras hablar con Besteiro -cuya entrada en política la hizo de la mano de Orozco- y con mucha otra gente. Añadió que se va preocupado por el "clima generado en el país y en la ciudad" por quienes no creen en la presunción de inocencia. Por eso, entre sollozos y arropado por ocho de los once concejales socialistas, afirmó que seguirá reclamando la urgente reforma del poder judicial para acortar los tiempos de las instrucciones. "No hay derecho a que un inocente como yo permanezca en esta situación luego de cuatro años de instrucción", se quejó Orozco. También indicó que no irá al Senado, una de las posibles salidas que tendría.

Tras formalizar su renuncia, el Bloque y Lugonovo se apresuraron a avanzar que ahora sí contribuirán a formar una gobierno progresista apoyando a la candidatura más votada de los partidos de izquierda, es que el PSOE. "No dudaba de la responsabilidad y sensatez del PSOE para encontrar una solución a la gobernabilidad del Ayuntamiento de Lugo y su capacidad para encontrar una alternativa que permitiese la constitución de un gobierno de progreso", destacó el portavoz nacional del Bloque, Xavier Vence.

Las críticas, y duras, llegaron por el PP, que no dudaron en calificar de "fraude" la maniobra de PSOE. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, dijo que la marcha de Orozco fue un "fraude" perpetrado por Besteiro para conservar un "carguito". Recordó que Besteiro había asegurado que sería un fraude cambiar al candidato socialista que se presentó a las elecciones, y que ahora, "lo acaba de ejecutar". "Los principios y la palabra dada no son importantes para el PSOE. Lamento este tipo de engaños que contribuyen al deterioro de la política", censuró el también presidente del PP.