"No se introdujo ninguna mejora en los contratos", resumió Julio Fernández Gayoso en el arranque de su intervención esta mañana en la Audiencia Nacional durante el juicio que se sigue contra las indemnizaciones a los exdirectivos. Una acusación en la que él está incluido como "cooperador necesario", aunque en lo que dio de sí el interrogatorio de la fiscal Pilar Melero -suspendida sin acabar hasta mañana- no hubo ninguna pregunta sobre la existencia de ese "pacto preconcebido" y el papel del propio Gayoso que consta en la demanda. "Los consejos de administración -incidió el antiguo presidente de la caja fusionada- tenían a su disposición toda la documentación. Yo no sé si los consultaban o no". Melero pretendía saber si el conocimiento de los contratos se hacía efectivo entre los vocales del principal órgano de decisión. El juez Alfonso Guevara le reprochó que preguntara "por conocimientos de terceros" que solo ellos podrían responder. También Gayoso insistió una vez más en que el Banco de España estaba al tanto de las condiciones laborales y las liquidaciones, "ampliamente". "Antes, durante y después", añadió. "Lo ratificó", continuó durante sus declaraciones, hasta el punto de que fue el supervisor el que ordenó la provisión de los 28 millones en los que se estimó el impacto de los posibles desestimientos. "Fui yo -dijo Gayoso- el que en la comisión de retribuciones que se analizó esa cifra preguntó por la cuantía".

Ante las preguntas sobre lo ocurrido con José Luis Regueiro, miembro de CCOO y representante de la plantilla en el consejo, Gayoso confirmó lo que minutos antes declaró De Paredes. Que se le llegó a ofrecer una copia del contrato del entonces director general adjunto. "Y el de José Luis Pego tampoco lo quiso ver. Dijo que no le interesaba", afirma Gayoso.

Gayoso sostuvo que los cuatro directivos estaban convencidos de que iban a seguir adelante en la entidad tras el nacimiento de NCG y la entrada de José María Castellano en la presidencia. "Pego lo pensó hasta el último minuto -dijo- porque también lo pensaba el Banco de España".