Desde servicios de topografía, a arreglo y venta de neumáticos, negocios de agropesca, equipos de limpieza o producción audiovisual. En los últimos años han salido de los viveros empresariales de los centros integrados de formación profesional de la comunidad más de 20 firmas que ya caminan solas, más allá de las oficinas habilitadas en los centros formativos para iniciar la actividad empresarial con la ayuda del profesor especializado en temas económicos y mercado laboral. Son, en concreto, 22 firmas externalizadas, dirigidas por 35 jóvenes emprendedores que optaron por el autoempleo una vez concluidos sus estudios de ciclo superior. Los viveros de los centros de FP están cogiendo fuerza si bien, de momento, solo se cubre el 71% de las plazas habilitadas en esa especie de oficinas creadas como semilleros de empresas en los institutos.
En estos momentos funcionan los espacios empresariales en 14 centros integrados de la comunidad. Por ejemplo, en casos como el de A Farixa, de Ourense, piden ampliar el vivero por el número de proyectos que han logrado definir. "Tenemos espacio para dos proyectos simultáneos, también podemos jugar con horarios partidos, de modo que los jóvenes no estén todo el día sino en dos turnos distintos, pero sí nos han comentado desde la Xunta que es posible ampliar", cuenta el director del centro ourensano, José Miguel Resa.
Sin embargo, el porcentaje de ocupación de los espacios, que los estudiantes que presenten ideas viables pueden utilizar hasta un máximo de dos años para poner en marcha sus empresas (sin costes) en la fase más complicada, la inicial, no es del 100%. Se cubre el 71% de los espacios para viveristas en la red de centros integrados, según Educación, que pretende alcanzar el 100% el próximo curso y crear espacios de viveros en los institutos que todavía no tienen esta opción, "son 19 centros integrados en total; la previsión es que los que faltan dispongan de este espacio en 2015-2016", expresaron fuentes del departamento educativo, que pretenden extender la actividad emprendedora entre el alumnado más allá de las siete ciudades "de modo que también tenga efecto en las comarcas".
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Asesoría y seguimiento
Una de las claves para que la empresa de los jóvenes titulados salga adelante es la labor de asesoría y seguimiento del tutor encargado del vivero. "En nuestro caso es una profesora de Formación y Orientación Laboral. Hemos tenido alumnos que con siete meses en el vivero ya consiguen arrancar por sí solos y otros un año, como los que montaron una firma de topografía", añade Resa.
José Antonio Pérez es profesor de Administración de Empresas y encargado del vivero del IES Ricardo Mella de Vigo, que se estrenó en el actual curso. "No es una cuestión de cantidad, se trata de que los proyectos que surgen, salgan bien", expresa Pérez, que de momento trabaja con el alumnado en los planes de negocio de las ideas seleccionadas. En estos momentos en todos los viveros de Formación Profesional trabajan, con sus horas de oficina en el instituto, varios equipos en 41 proyectos, nueve de ellos ideas empresariales consolidadas ya este año. Suman 74 los viveristas asesorados para constituir sus firmas.
