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Política

Críticos de Podemos se organizan por la falta de democracia interna

La corriente alerta de una "desafección" en las bases y denuncia poca transparencia

Breogán Riobóo. // R. Grobas

Podemos vive un momento de agitación interna en Galicia, que se ha contagiado de las tensiones existentes en otras comunidades como Euskadi, donde ayer dimitió su número 2 por discrepancias con el rumbo de la formación. En Galicia ha surgido también una corriente crítica nutrida con miembros de la candidatura que más votos obtuvo tras la ganadora en el proceso de elección de dirección autonómica, y que reclama un cambio de rumbo para evitar que el partido funcione "de una forma que no es la más democrática" y se equipare a los "partidos clásicos". Denuncian, a través de un comunicado oficial, la vulneración de los principios fundacionales del partido dirigido por Pablo Iglesias, al detectar "falta de transparencia, ausencia de comunicación con las bases y toma de decisiones unilaterales que hacen que entre parte de la militancia comience a despertar una desafección que, de no ponerle remedio, podría llevar a Podemos a ser un partido como otro cualquiera".

Podemos Galicia, por tanto, cuenta ya con una corriente crítica que se empieza a organizar como contrapeso de una cúpula, liderada por Breogán Riobóo, que perciben teledirigida desde Madrid y que no somete a votación parte de sus actuaciones ni busca el consenso, denuncian. El detonante del paso delante de este sector ha sido la dimisión de Ana Sánchez, que quedó en segundo lugar en las votaciones para dirigir la Secretaría General en la comunidad tras Riobóo, del Consejo Ciudadano de Vigo tras recibir "insultos y presiones".

Su candidatura en el proceso interno, Podemos Cambiar Galicia, comenzará ahora a ejercer de corriente interna y ya ha plasmado sus tesis en un escrito que cuestiona el rumbo del partido y su alejamiento de sus principios fundacionales. "No nos podemos quedar impasibles ante los sucesos que están sucediendo en distintos lugares de Galicia y España, como Andalucía, Cantabria o Valencia, donde de una forma u otra se intenta poner coto a la participación popular", critica antes de exigir una "profundización democrática" que es una "obligación" para no incurrir en el "déficit democrático de los partidos clásicos".

El caso de Sánchez, una de las portavoces de Podemos Cambiar Galicia, ilustra la tormenta interna que vive Podemos, donde el peso de las órdenes dictadas desde Madrid es decisivo, como demostró el viaje de Carolina Bescansa, una de las cofundadoras del partido, en la campaña interna para señalar a Riobóo como el candidato oficialista, apoyo que resultó decisivo para que lograse el 54% de votos frente al 30% de Sánchez.

Esta última no solo ha dimitido del órgano de dirección de Podemos en Vigo, sino que ha denunciado ante la comisión de garantías internas "presiones e incluso insultos" de compañeros del partido, vulnerando el código ético, según reconoció ayer la dirigente a este diario.

El sorpasso de las elecciones europeas del año pasado situó el foco mediático sobre Podemos con un nivel de atención inédito, que coincidió con la implantación territorial que ha revelado problemas internos entre el sector oficialista, que combina los mensajes de atención a la voluntad ciudadana con órdenes directas de funcionamiento, y las cada vez más visibles voces críticas, siendo la de Pablo Echenique a nivel nacional la más representativa.

En Galicia también se agrietan las costuras tejidas en torno a los círculos y algunos sectores se sienten desplazados. "En algunos puestos de algún consejo ciudadano, como el de Vigo, se encuentra gente que llegó después incluso del proceso de Madrid y otra que estaba desde el principio está relegada", apunta una fuente del partido. "No se cuenta con los que no ganamos a nivel interno", comenta otra.

Incluso compañeros de viaje de Podemos, como Anova, perciben un pinchazo de la burbuja Podemos. "Se mantiene en las encuestas, pero se nota que se ha desinflado. Aquí están desaparecidos en el debate político y en las municipales", apunta un miembro de la formación de Xosé Manuel Beiras con contacto fluido con el partido de Pablo Iglesias.

La movilización interna ilustra esa rebaja de implicación, pues la elección de líderes locales en enero alcanzó un 37,6% de participación, que se redujo al 20,5% en febrero para elegir al secretario autonómico y en marzo, a la hora de apoyar o no listas municipales, la cifra se desplomó al 11,9%, con ciudades como Vigo y Ourense por debajo del diez por ciento.

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