El jurado declaró inocentes por unanimidad al alcalde de Pontecesures (BNG), Luis Álvarez Angueira, y al empleado municipal Xurxo G.J., acusados de un supuesto delito de malversación de 6.800 euros en gasolina entre 2003 y 2006. El regidor estaba acusado de usar fondos públicos para pagar el combustible de su vehículo privado. Las sospechas partieron del desfase existente en el consumo de un todoterreno al servicio del Concello.

El abogado alegaba que el consumo excesivo que presentaba este vehículo se debía al empleo de garrafas para surtir otro tipo de maquinaria, como un tractor o varias desbrozadoras.

En su veredicto, el jurado hizo suyo este argumento al concluir que los gastos de combustible supuestamente excesivos pudieron deberse a que se surtía con el combustible a éste y a otros vehículos.

Al conocer el fallo del jurado, los dos acusados se fundieron en un abrazo y luego el alcalde proclamó a la salida de la sede judicial: "ahora me toca a mí", dando a entender que denunciará al denunciante.

A la conclusión de la vista oral, celebrada en la Audiencia de Pontevedra, la acusación particular mantenía su petición de tres años de prisión y diez de inhabilitación para los dos encausados, mientras que la fiscalía insistía en que no había delito.