Los ganaderos temen que la crisis en la que está sumida el sector lácteo por los bajos precios de la leche y los altos costes de producción se agrave con el fin del sistema de cuotas. A partir del miércoles, más de 10.000 explotaciones gallegas podrán producir sin topes de la Unión Europea regulándose tan solo por la ley de la oferta y la demanda. El nuevo escenario se plantea como un reto para ganar cuota de mercado a nivel mundial, en especial para Galicia, ya que es el motor del sector lácteo español al concentrar más de la mitad de las granjas. Pero los ganaderos no ocultan sus dudas y temores ante el fin de las cuotas. En vísperas del adiós al sistema de cupos, instaurado por la UE en el año 1984 e implantado en Galicia en 1991, la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG) advirtió de que la eliminación de cuotas de producción impone la "ley de la selva" en el sector lácteo y "erosiona aún más el poder de negociación" de los productores con la industria.

Los ganaderos denuncian que en el nuevo escenario marcado por Europa "la industria decidirá cuánto se produce, a qué precio, con qué parámetros de calidad y las zonas de recogida". Con este panorama, el sector lácteo en la comunidad no descarta el cierre de explotaciones, un cerrojo que desde el inicio de la crisis ya han echado una media de 800 granjas cada año. La situación en Galicia es especialmente delicada debido a lo poco que les paga por litro la industria. De hecho el año pasado la comunidad registró el precio en origen más bajo de España.

"O vendes al mínimo precio y la cantidad que te marcan o no te recogen; y evidentemente con precios por debajo de costes es firmar tu sentencia de muerte como ganadero", auguran desde COAG ante el fin de las cuotas lácteas. Para el sector ganadero, en la actual coyuntura la industria no puede escudarse en la presión de las cadenas de distribución porque en los primeros meses del año se ha reducido un 10% la leche vendida al consumidor. "De nada" servirán las perspectivas de mercado internacional, aseguran los productores, si los ganaderos se ven obligados a cerrar sus granjas "como consecuencia de la deslocalización que sufrirá el sector en beneficio de determinadas zonas y país del centro y norte de Europa".

"La industria láctea, a través de su defensa de la eliminación de cuotas, lo único que busca es una leche más barata, aunque para ello se destruya una parte importante del sector productor", alerta el responsable de Ganadería de COAG, Gaspar Anabitarte. Según advierte, hay industrias que están presentando contratos a ganaderos con un precio base de 0,26-0,29 euros por litro, muy alejados de los costes de producción medios de un litro de leche, 0,35 euros por litro.

La organización agraria apunta que la industria utiliza una "táctica" consistente en presentar ofertas de contratos a un año con un precio muy bajo. "Si el ganadero lo rechaza, y renuncia a la duración que obliga la nueva normativa, la industria consigue su objetivo; no estar atada al productor durante ese tiempo. Si el ganadero acepta, la industria firma un contrato anual con un precio muy ventajoso para sus intereses y ruinoso para el productor", cuestionan.

Ante este escenario, los productores reclaman al Ministerio de Agricultura que se refuerce el Plan de la Agencia de Información y Control Alimentario en coordinación con las comunidades autónomas, aumentando las inspecciones de oficio para vigilar que se cumplan al 100% las condiciones de contratación que recoge el real decreto lácteo. "Asimismo, las comunidades deben hacer valer sus competencias en materia de persecución de la venta a pérdidas y vigilancia de la calidad de la leche", concluyen.

En la misma línea, el sindicato Unións Agrarias y la organización de productores lácteos Ulega reclamaron al Ministerio de Agricultura una moratoria de un mes para la aplicación del paquete lácteo aprobado en el mes de febrero. Esta moratoria, según asegura la central sindical, es la solución "para evitar la falsa negociación de la industria láctea con los productores".