El aparato de Podemos logró su objetivo de controlar el partido en Galicia. El candidato que impulsó la dirección de Pablo Iglesias en la comunidad, Breogán Riobóo, resultó elegido secretario general con el 54% de los sufragios en una votación que apenas movilizó a uno de cada cinco ciudadanos inscritos en el censo y que evidencia fisuras en una organización que todavía se encuentra dando sus primeros pasos a nivel orgánico, si bien ya cuenta con cúpulas estatal, locales y, ahora, autonómicas.

Naronés afincado en A Coruña y procedente de la órbita nacionalista, Riobóo logró 1.810 apoyos de los 3.868 sufragios recogidos por el partido sobre un censo de 18.808 personas inscritas en la comunidad, según las cifras difundidas ayer sobre un proceso de dos semanas que concluyó la noche del viernes. Además, el electo líder de la formación situó su lista Claro que Podemos -la marca avalada por la dirección estatal- íntegramente en el Consejo Ciudadano, el órgano de dirección de la formación, donde se sentarán, entre otros, el exgerente del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, José García Buitrón, que fuera fichado por el PSdeG hace unos años en el ámbito local, o uno de los impulsores de la Marea Atlántica y figura muy cercana a Pablo Iglesias, Antón Gómez-Reino, entre otros.

Riobóo, que declinó realizar declaraciones a este diario hasta conocer en profundidad los datos, recibió el apoyo explícito de la cúpula hace días en Vigo, donde compartió un acto con Carolina Bescansa, secretaria de Análisis Político y Social de Podemos, compostelana y una de las fundadoras del partido.

Tras este espaldarazo, Riobóo logró una victoria clara, pero evidenciando algunas grietas ya conocidas, por ejemplo, en Vigo y A Coruña. La viguesa Ana Sánchez Diz, miembro de la cúpula local bajo las siglas Claro que Podemos, encabezó una lista alternativa a nivel autonómico y logró el 31,3% de votos, por el 11,05% de la ferrolana Susana Fernández blanco y el 3,58% de Xaime Castaño Fernández.

Además de la presencia de Ana Sánchez en una alternativa al sector oficial pese a haberlo apoyado en Vigo, se une una campaña de los críticos de A Coruña contra Bescansa, recogida en un vídeo que circula en las redes sociales y en el que la acusan de elegir "a dedo" la dirección en la comunidad desde Madrid.

Después de conocerse los resultados, el equipo de Riobóo tendía puentes con las demás listas y proclamaba: "Todos somos necesarios para hacer de Podemos un actor referente en la política gallega y recuperar las instituciones autonómicas para la ciudadanía y convertirlas en sedes de la voluntad popular".

En un comunicado, Riobóo y su gente se mostraban preparados para "empezar a trabajar codo con codo con la sociedad civil". El objetivo, remarcan, es utilizar Podemos como una herramienta para "el cambio político que ya es imparable en todo el Estado".

Paradójicamente, Riobóo no fue la persona que más apoyos recibió, pues fue un miembro de su lista al Consejo Ciudadano, Carmen Santos Queiruga, la que logró batir su marca con 1.867 apoyos, si bien se podían elegir 34 miembros a este órgano de dirección.

Uno de los datos más destacados al margen de la victoria de Riobóo y el éxito del peso del aval de Iglesias y los suyos radica en la escasa movilización registrada en la votación: solo uno de cada cinco militantes inscritos. De las 18.808 personas con derecho a votar solo lo hicieron 3.868 y 520 de ellos lo hicieron en blanco.

Este 20,5% de participación resulta inferior incluso al 37,6% registrado en el proceso para elegir a las cúpulas y líderes locales. Entonces, el censo ascendía a 10.136 personas, pero solo participaron 3.818, apenas 50 menos que en la actual elección a pesar de que el censo casi se duplicó. Entonces, el sector oficial logró el control en Vigo, A Coruña y Ourense.

El papel de Riobóo, defensor del derecho a la autodeterminación y de un Estado "asimétrico", será clave a partir de ahora debido al auge en intención de voto que las encuestas otorgan a la marca Podemos, que no competirá como tal en las elecciones municipales de mayo, pero se ha eregido como quien expide el certificado de idoneidad de listas populares de confluencia en la izquierda. Si no le convencen, su falta de apoyo puede resultar fatal para estas. Además, su campaña también podría afectar a las generales de finales de año y a las autonómicas gallegas de 2016.