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Un millar de participantes tiene estudios superiores

El envejecimiento y la crisis agravan las desigualdades territoriales en Galicia

La Xunta destaca un alza de beneficiarios del plan de inclusión social de áreas dispersas por "falta de recursos y oportunidades". Un millar de participantes tiene estudios superiores

La segunda etapa del plan de inclusión social que la Xunta extendió entre 2007 y 2013 refleja a la perfección el comportamiento tan difícil de la economía durante ese periodo. Un pico histórico con más de 5.600 beneficiarios nuevos en 2009, coincidiendo con el estallido de la crisis, ante su situación de vulnerabilidad, pobreza y riesgo de exclusión; y un repunte otra vez de los casos en el último año tras la vuelta a la recesión. En total, el programa atendió a 20.409 personas. La mitad eran mujeres y seis de cada diez tenían entre 26 y 44 años. La mayoría, sin formación más allá de los estudios primarios. Un perfil típico cuando se habla de desigualdad, que, sin embargo, ha ido sufriendo variaciones a medida que el panorama se complicaba. "Importantes cambios", destaca la propia Consellería de Traballo e Benestar en su reciente evaluación del plan. El departamento que dirige Beatriz Mato subraya el aumento "significativo" de los participantes que tenían en la escasez de recursos o el paro de larga duración como problema principal y en la vuelta al desequilibrio geográfico que la etapa de bonanza parecía haber mitigado. A las diferencias notables entra los residentes en áreas urbanas de la comunidad y los vecinos de la periferia. "La exclusión territorial -añade también el informe- se agrava como consecuencia de la crisis demográfica que de forma creciente experimenta Galicia".

Como factor, su presencia en los destinatarios del plan, según Benestar, "no es significativa". Únicamente un 1,2% de los participantes. Alrededor de 240. Pero "es importante destacar el incremento de las incorporaciones que presentan la exclusión territorial como problemática principal". Algo que ocurre en personas y grupos de población en zonas sobre todo rurales y dispersas, "en las que las dificultades de acceso a los recursos y la falta de oportunidades vitales no permiten mantener unas condiciones de vida equiparables a las que tienen aquellos que habitan el resto del territorio". "Este factor -continúa el análisis- incide en las dinámicas de exclusión/inclusión de las personas que residen en áreas territoriales en exclusión".

Y es una de las explicaciones también a las grandes variaciones que existen en el riesgo de pobreza en la región. Frente al 17,5% que alcanza la tasa en el área de Vigo, el 14,09% de Santiago o el 13,21% de A Coruña, en el sur de Lugo se dispara hasta el 26,82%, un 25,67% en O Carballiño y O Ribeiro, y muy por encima del 22% tanto en Caldas como en las comarcas de O Salnés y Morrazo, según los últimos datos del Instituto Galego de Estatística (IGE). La Xunta reconoce, además, que la pérdida de población "se acentúa año tras año debido a los movimientos migratorios que se están produciendo por la actual coyuntura económica desfavorable".

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La formación es un buen amortiguador de los efectos del deterioro del mercado laboral para los trabajadores. Pero no una garantía de blindarse ante el gravísimo problema del desempleo y la falta de oportunidades que Traballo reconoce varias veces a lo largo del informe. De hecho, entre los beneficiarios del segundo plan de inclusión hubo un 5% con estudios superiores. Concretamente, un 3% tenían FP de niveles altos y un 2% título universitario. Superan el millar, los mejor preparados, que tampoco encontraban salida.

La colocación de 'excluidos' se reduce a la mitad

  • En los seis años que estuvo activa la segunda etapa del plan de inclusión de Galicia, 5.625 beneficiarios lograron un contrato de trabajo. Un 28% del total, que se concentra especialmente en 2009 y 2010. A partir de ahí se registra "una caída importante", como admite la consellería, "momento de agravamiento de la crisis económica". De las casi 1.400 colocaciones de ambos ejercicios a solo 725 en 2012 y 743 en 2013.Pese al "cambio de tendencia en el ciclo económico", Traballo asume que la experiencia de crisis pasadas "demuestra como la recuperación no tiene efectos inmediatos" y que ésta no llegará "en el corto plazo" a "todas las personas en situación de vulnerabilidad". El aumento de la intensidad laboral en lo hogares con todos sus miembros en paro "es lenta". "Además, la persistencia de una situación de desempleo conlleva el riesgo de experimentar un proceso de descualificación y deterioro de la autoestima personal que puede prolongar el alejamiento del mercado de trabajo", avisa el informe de seguimiento del plan. "Galicia está necesitada de seguir desarrollando un plan de inclusión social -añade- a través de mecanismos que vinculen la protección social con la inclusión social activa, en el sentido de construir una barrera de contención más eficaz para hacer frente a la desigualdad y la exclusión".

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