La diputada Consuelo Martínez se mantiene dispuesta a continuar integrada en el grupo de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), aunque la corriente crítica de Anova a la que pertenece decida abandonar esta formación, que integra, junto a Esquerda Unida, la coalición que en 2012 debutó en el Parlamento con nueve escaños, aunque perdió el de Carmen Iglesias, que se integró en el grupo mixto.

El pulso interno que vive Anova amenaza con ahondar su fractura si el colectivo Cerna se marcha para crear una nueva formación, decisión que depende del referéndum telemático que concluyó ayer y cuyo resultado se conocerá hoy. Esta corriente, de la forman parte Martínez, Mario López Rico y Luis Eyré, perdió las votaciones de la pasada asamblea de Anova, pero el sistema de elección de la dirección los dejó fuera de la cúpula. La corrección de género finalmente permitió el acceso de tres de sus miembros al máximo órgano.

Su salida, sin embargo, no afectaría al grupo parlamentario. "Estoy en AGE y la salida de Cerna de Anova no tendría por qué influir. Por mi parte, estoy dispuesta a seguir en el grupo independientemente del resultado del referéndum", explica Martínez. El grupo de AGE también pretende facilitar su continuidad y evitar una nueva salida que erosione su imagen pública como sucedió con el caso de Carmen Iglesias. De hecho, lleva semanas tratando de pacificar la situación. Eso sí, Martínez se mantendría como diputada en una coalición sin formar parte de ninguno de los partidos que la integran.

El conflicto interno de Anova evidencia los problemas de la izquierda en Galicia a siete meses de las elecciones municipales. Mientras el PP se encuentra solo en lado conservador del electorado, sus rivales pugnan por los mismos votos divididos en multitud de siglas, a las que se suma la irrupción de Podemos, cuyo líder, Pablo Iglesias, se inspiró en la experiencia de AGE para crear su partido.

La reedición del pacto con EU en las pasadas europeas generó una batalla interna en Anova de la que salió airoso el sector liderado por Martiño Noriega, alcalde de Teo, tras el apoyo a última hora de Xosé Manuel Beiras, figura capital en la formación rompiendo con sus colaboradores más cercanos desde los tiempos del BNG, López Rico y Eyré.

La salida del sector de Cerna comprometería a Anova de cara a las municipales y añadiría más confusión a la izquierda. También fomentaría el desgaste de AGE -con 4 integrantes de Anova y 4 de EU- después del conflicto con Carmen Iglesias, que se negó a respetar el acuerdo de equilibrio entre Anova y EU cuando el diputado David Fernández Calviño abandonó su puesto para trabajar en una universidad danesa. Iglesias debía renunciar al cargo para que accediese al Parlamento Iolanda Docampo, de Anova, pero no lo hizo. Tiempo después, esta última abandonó sus responsabilidades orgánicas tras ser imputada judicialmente.

La actitud de Iglesias provocó que EU la expulsase de la organización, pero Beiras logró que fuese aceptada en el grupo parlamentario, algo que finalmente la diputada rechazó. Como independiente, además, recibe la asignación mensual correspondiente a tener un grupo propio: el mixto.