Del amplio abanico de cometidos que la normativa le atribuye desde su creación en 1997, la Sociedade Pública de Investimentos de Galicia (SPI) estuvo centrada por encima del resto de funciones en la proyección y construcción de las infraestructuras que le pide la Xunta. Su dueña. Concentraciones parcelarias, auditorios, piscinas públicas o los antiguos centros comarcales, entre otras actuaciones, llevan el sello de la firma, al amparo de un convenio marco con San Caetano que regula el plan económico y financiero para los encargos. En abril de 2011, la SPI pasó a exprimir también su vertiente de concesionaria con la absorción de la empresa que llevaba la autopista entre Alto de Santo Domingo y Ourense (AG-53), convirtiéndose en uno de los pilares fundamentales de su actividad. Actualmente en horas bajas. La disminución de tráficos en la carretera y la caída de solicitudes de obra mermaron sus resultados y provocaron el pasado 2013 que el fondo de maniobra de la sociedad -la capacidad para afrontar sus obligaciones a corto plazo, que es uno de los termómetros más empleados para analizar la salud de una compañía- cerrara en negativo. Más de 33 millones de euros. Lo que le ha obligado a endeudarse con otros 43,4 millones de euros para reequilibar las cuentas y evitar el camino de la quiebra.

La SPI de Galicia formalizó dos préstamos con entidades financieras durante el primer trimestre de este año que suman, concretamente, 43.414.719,81 euros. Como reconoce en su último informe anual, la inyección va destinada a "cubrir las necesidades financieras del ejercicio" y "corregir" el fondo de maniobra negativo. ¿En qué situación está la empresa? La cifra de negocios cayó hasta los 13,81 millones de euros, un 5,02% menos que en 2012, por esa doble razón de menor movimiento en el AG-53 y la disminución de la ejecución de construcciones. "Dicha situación se considera coyuntural -asegura- dadas las condiciones actuales de la economía".

Las mismas que llevan azotando las cuentas de la sociedad desde 2011. En ese momento, el balance da un giro de 180 grados con la absorción de la autopista. El activo total pasó de 382 a 537 millones de euros y la cifra de negocios se multiplicó por cinco, hasta los 16,7 millones de euros. Pero con la doble recesión y su impacto tanto en los tráficos como en la contención del gasto de la administración autonómica, los ingresos tradicionales de la SPI empezaron a desplomarse y acumulan una reducción que ronda los tres millones de euros. El beneficio en 2013 fue de 2,8 millones de euros, un 32,5% por debajo de 2012 y un 50% menos en comparación con 2011.

La SPI de Galicia, presidida por Francisco Menéndez Iglesias, director de la Axencia Galega de Infraestructuras -fue el relevo de Ethel Vázquez tras su nombramiento como conselleira de Medio Ambiente-, acometió el pasado día 12 una ampliación de capital de 17 millones de euros, desembolsados íntegramente por las arcas de la Xunta para afrontar parte de la amortización pendiente aún del préstamo utilizado para la construcción de la AG-53.

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