El BNG abrió la semana pasada sus asambleas abiertas a toda la ciudadanía con el objetivo de contrarrestar su caída electoral continua durante la última década y transmitir un mensaje de aperturismo y frescura. Lejos de buscar espontaneidad en estos encuentros, la cúpula de la formación ha instruido a sus responsables comarcales para amortizar estos contactos captando nuevos militantes entre personas "introducidas socialmente" e insistiendo en fomentar una alternativa "nucleada alrededor del BNG". En sus instrucciones internas desdeña las mareas ciudadanas que han surgido en las ciudades por estar teledirigidas y beneficiar al PP, al tiempo que arremete contra un hipotético frente de izquierdas, en contra de lo que demandan varios de sus alcaldes en el manifiesto Somos maioría.

Las asambleas abiertas han sido señaladas por el BNG como un hito en su intento de aperturismo, a pesar de que ya se realizaron algunas en la campaña de las europeas. Su estrategia, sin embargo, pasa por escuchar, pero con el objetivo de fortalecer al BNG y su marca electoral en las elecciones municipales de mayo, a pesar de que se han lanzado mensajes a favor de una confluencia con otras fuerzas nacionalistas.

En la cúpula actual del Bloque existe división, pues una parte de la ejecutiva cercana a Vence aboga por la flexibilidad y por dejar libertad incluso en cada concello para cerrar coaliciones en mayo, en un gesto de cara a las mareas, alguna de las cuales ve con buenos ojos a posibles candidatos frentistas. Esta estrategia choca con la postura de la Unión do Povo Galego (UPG), la formación dominante en el seno del Bloque. Y también con las instrucciones enviadas a las comarcas para preparar cada asamblea.

Una circular interna dirigida a los responsables y portavoces comarcales del BNG del pasado día 8 firmada por el secretario de Organización, Bieito Lobeira, detalla en siete folios las "pautas de actuación" a seguir en las asambleas del proceso Construíndo o futuro, los mensajes a transmitir y los objetivos a conquistar, así como el veto a debates internos sobre el funcionamiento del Bloque. "El objetivo es atraer nuevas personas a nuestro proyecto", recuerda la misiva. Es más, no parece que se acepten cambios si en esa cita arrecian las críticas. "No se trata de cambiar línea política alguna, sino justamente de reafirmarla y consolidarla", añade.

La estrategia interna pasa por ofrecer un buen talante y "si es preciso, reconocer, contextualizando, los errores que pudiesen existir". Pero las posibles alianzas quedan desechadas. Los responsables comarcales deben rechazar la exclusión de una alternativa nacionalista en los comicios de mayo porque "no es aceptable desde el punto de vista democrático" y centrarse en lograr fichajes para el BNG, pues "la posibilidad de disputarle al PP el control de las diputaciones [...] pasa por articular candidaturas con una única marca electoral. Lo contrario (la proliferación de "mareas", por ejemplo) solo beneficia al PP", al dispersar el voto de izquierda.

En el apartado de objetivos, el tono resulta duro contra las citadas mareas -sin distinguir entre ellas a pesar de las diferencias existentes en cada ciudad- y contra fórmulas, que no cita por su nombre como Podemos o EU, por estar sometidas al control orgánico de sus sedes de Madrid. "No puede haber en Galicia la importación mecánica de fórmulas que pueden ser válidas para Toledo o Madrid, pero no para un país como el nuestro", sostiene.

Como meta se marca "confrontar el discurso demagógico de la unidad de izquierda", siempre en tono "didáctico y elegante", y el debate acerca de las mareas, esas formaciones ciudadanas impulsadas por vecinos, gente de la cultura o periodistas, entre otros, en varias ciudades que tienen intención de presentarse a las municipales bien en solitario, bien en alianza con otras formaciones como Anova, EU o Podemos. El BNG se desmarca. "Esas iniciativas forman parte de una estrategia política planificada, no de un espontaneísmo social. En muchos casos, incluso magnificadas desde el poder y los medios", las define el texto, en el que no se cita a PSdeG o Anova, aunque sí se hace referencia a los concellos "donde huyeron con nuestras actas", en alusión a exediles del BNG que mantuvieron su cargo al abandonar la formación.