Los padres pueden ser muy protectores con sus hijos cada vez que ponen un pie fuera de casa pero todavía no son conscientes de que a veces el riesgo está dentro del hogar. En torno a 27.000 adolescentes confiesan haber contactado con extraños por internet, más de 9.000 reconocen que llegaron a citarse en persona con desconocidos y unos 3.400 fueron chantajeados con difundir fotos eróticas suyas. Los expertos reclaman programas de prevención y fomento del buen uso de las tecnologías en los colegios, así como formar a profesores y orientadores, pero ante todo recalcan que la principal responsabilidad es de la familia. "A los menores o los educan los padres o los educa la red", señala el profesor Antonio Rial Boubeta, autor del estudio "Mocidade on line". Las recomendaciones son las siguientes:

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| Los padres deben dar ejemplo. El catedrático José Raposeiras, autor del estudio "La comunicación del alumnado a través del Whatsapp" aconseja a los padres usar el smartphone solo cuando sea necesario. "No le estamos dando el mejor ejemplo y la muestra es que el envío de fotos eróticas en adultos duplica al de los adolescentes", advierte Antonio Rial.

| Nada de smartphones al menos hasta los 14 años. Cuánto más se dilate la edad de acceso a las nuevas tecnologías mejor, en opinión de los expertos. "Es de sentido común que un niño de 8 o 9 años no debería tener un smartphone", explica Rial.

| Delimitar el acceso a internet. El ordenador para consultar internet debe estar situado en un lugar común de la casa. No debe permitirse que el chaval se pase más de dos horas delante de la pantalla de un ordenador. Se debe evitar que el menor se lleve el smartphone de noche a la habitación. "Los móviles deben quedar en la mesilla de entrada", recomienda el autor del estudio "Mocidade on line". Y si lo quieren llevar a su cuarto, "la puerta se debe dejar abierta", añade este profesor. Según el estudio "Mocidade on line", que se hizo público el miércoles, el 13,5 por ciento de los adolescentes se conectan a internet a partir de la medianoche.

| Controlar los contenidos a los que acceden los menores. Hay que supervisar las páginas webs a las que acceden. Existen softwares que sirven para controlar el acceso de los menores a determinadas páginas webs. Rial explica que su descarga es gratuita y que son fáciles de instalar. Los investigadores del Instituto Campus Stellae de Santiago añaden que los padres deben conocer los contactos de sus hijos y las contraseñas que utilizan. Aconsejan además navegar y chatear juntos de vez en cuando para conocer los hábitos y las preferencias del menor.

| Informar y sensibilizar a los padres. El catedrático de Ensinanza Secundaria, José Raposeiras, propone crear escuelas de padres. La idea es que las familias conozcan bien las nuevas tecnologías y los riesgos que entrañan para sus hijos. Lo aconsejable, según los expertos, es que las familias generen un clima de confianza con sus hijos para abordar estos temas e informarlos de los riesgos y las consecuencias que supone facilitar datos personales o enviar fotos o vídeos comprometidos a otras personas a través del móvil o internet.

| Programas de prevención. Al igual que en los años 80 cuando la droga hacía estragos en la juventud, las administraciones se volcaron con programas de prevención de la drogadicción en los colegios, el catedrático Antonio Rial cree que ahora deberían desarrollarse planes similares pero vinculados a las nuevas tecnologías. "Según el Ministerio de Sanidad, ahora mismo hay dos problemas que afectan a los adolescentes, el botellón, para el que ya hay programas preventivos, y el uso abusivo de las nuevas tecnologías. Y esto es lo que está pendiente", aclara. En relación al acoso a través de la red, Raposeiras plantea organizar charlas informativas y formativas en los colegios impartidas por personal técnico o expertos de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

| Formar a los profesionales. Los expertos creen que los profesores y los orientadores de los colegios no están adecuadamente formados para dar respuesta a los problemas que suscitan las nuevas tecnologías entre los menores y propone organizar cursos formativos.

| En los colegios. Los expertos coinciden en que ya existen protocolos establecidos para regular el uso de móviles en los colegios y advierten que si se cumplen son suficientes. Cada centro tiene autonomía para establecer su propia regulación al respecto. Hay colegios que impiden el uso del móvil en todo el recinto y otros solo dentro del aula. Antonio Rial valora como una buena medida el último protocolo elaborado por la Consellería de Educación que faculta a los profesores a incautarse del móvil a los alumnos si hacen uso de él durante la clase.

| Estudios sobre el impacto de las nuevas tecnologías. Para saber qué medidas hay que tomar y dónde hay que actuar lo primero es realizar estudios rigurosos sobre la incidencia del uso de las nuevas tecnologías entre los adolescentes. El informe "Mocidade on line", elaborado en colaboración con el Valedor do Pobo y la Universidade de Santiago, será enviado ahora a los 255 centros públicos y concertados que participaron en el estudio con los datos correspondientes a su alumnado para que tengan información real del uso de las nuevas tecnologías entre sus escolares.

| Más seguridad cibernética. El catedrático José Raposeiras, autor del estudio sobre el uso del Whatsapp en la provincia de Pontevedra, cree necesario mejorar la seguridad por parte de estas aplicaciones con mensajes, por ejemplo, con data de caducidad (autodestructibles), chats privados o protegiendo la información que intercambian los usuarios.

| Consejos para los adolescentes. La asociación Protégeles ha publicado un decálogo dirigido a los menores con recomendaciones sobre el uso de las nuevas tecnologías. Así, se les recomienda que no acepten en su red social a personas que no hayan visto físicamente y a las que no conozcan bien. "Si tienes 500 amigos, estás aceptando a personas que realmente no son amigos ni familiares tuyos", les avisan. También instan a los menores a no publicar fotos suyas ni con sus amigos en sitios comunes o subir a las redes sociales imágenes que tengan un componente sexual.