Casi la mitad de la superficie urbana de Galicia se ha quedado sin edificar. Durante el boom del ladrillo, en la época de bonanza económica, los concellos gallegos se volcaron en ampliar sus terrenos urbanizables ante un previsible incremento de la demanda. Sin embargo, los planes urbanísticos tardan años en aprobarse y cuando entraron en vigor ya arreciaba la crisis. Con el parón en la construcción aumentó un 28 por ciento el stock de suelo pendiente de edificar en los últimos seis años en la comunidad autónoma y ha sido en la provincia de Pontevedra donde más ha crecido la superficie urbanizable vacante, casi un 57 por ciento.

Los concellos planificaron sus desarrollos urbanísticos confiando en que se mantuviera el ritmo edificatorio que había antes de la crisis. De hecho, la superficie urbana de Galicia se incrementó en un 29 por ciento en plena recesión. La razón es que sus planes urbanísticos, diseñados durante la bonanza económica, no se aprobaron hasta años después. Así, pasó por ejemplo con unos cuarenta municipios, cuya planificación fue aprobada entre 2008 y 2013.

Las expectativas urbanísticas de estos ayuntamientos se vieron frustradas por un fuerte parón en la construcción que mantiene, a fecha de junio de 2014, un total de 590.454 parcelas sin edificar, 135.000 más de las que había en 2008, según los datos de la Dirección General del Catastro, recogidos por el Instituto Galego de Estadística. Suman 46.000 hectáreas de terrenos vacíos en los núcleos urbanos de los concellos, el 44 por ciento de la superficie urbana total de la comunidad autónoma.

Las diferencias son notables por provincias. En Pontevedra el stock de suelo disponible para edificar se disparó un 57 por ciento pasando de las 8.500 hectáreas a más de 13.400 a junio de este año.

Aún así, sigue siendo A Coruña la que tiene una mayor bolsa de parcelas vacías, que suman 21.800 hectáreas. En todo caso, su crecimiento durante la crisis ha sido mucho menor que el de Pontevedra, puesto que solo aumentó un 21 por ciento la superficie de suelo vacante. Donde menos se incrementó el stock de suelo pendiente de edificar durante la crisis fue en las provincias de Lugo y Ourense (un 14 por ciento en cada una).

Según los datos del Catastro, el aumento de la bolsa de solares vacíos no ha sido tanto responsabilidad de las ciudades como de los concellos más pequeños que planificaron un crecimiento urbanístico superior al que después han tenido. Además, la escasa actividad del sector de la construcción durante la crisis se ha centrado más en las urbes.

Así, entre las ciudades solo Santiago y Lugo han aumentado la superficie pendiente de edificar. En la capital gallega el Concello elevó un 32 por ciento su superficie urbana en los últimos seis años y, a consecuencia de ello, tiene ahora 1.200 hectáreas de solares vacíos (un 146 por ciento más que en 2008).

Lugo también aumentó su superficie urbana en un 48 por ciento con un plan urbanístico que aprobó en plena crisis, en 2011, y que le supuso elevar su stock de suelo vacante en un 95 por ciento.

Vigo, sin embargo, hizo unas previsiones más realistas cuando aprobó su planificación en 2008 y rebajó en un 5 por ciento sus solares pendientes de edificar. Según explica el presidente de la Federación de Promotores Inmobiliarios, Javier Garrido, con el plan urbano "dejaron de ser urbanizables parcelas que lo eran antes con la anterior ordenación urbanística".

Ourense es la única ciudad que ha perdido superficie urbana. Su planificación urbanística fue suspendida por el Tribunal Supremo en 2008 y se retomó el plan anterior que data de 1986 y que rebajó un 30 por ciento la superficie urbana. Esto explica que tenga un 61 por ciento menos de parcelas vacías. El mayor descenso de suelo vacante fue en Ferrol (6,6 por ciento). Mientras que en Pontevedra apenas hubo variación (un 0,5 por ciento menos) y en A Coruña bajó un 3,1 por ciento.