Abanca y Etcheverría serán una única entidad financiera cuando acabe este año, con la suma del negocio de ambas, la marca comercial de la primera y la centenaria sede social del banco asentado en Betanzos. Sus respectivos consejos de administración aprobaron ayer el proyecto, que queda ahora pendiente de someterlo a las juntas de accionistas, donde Banesco supera el 80% del capital. Eso será en octubre para que en diciembre pueda completarse el proceso con la parte más importante a efectos de operatividad, la unión tecnológica, y que en principio no debería suponer ningún problema por la diferencia de tamaño del Etcheverría -con 1.968 millones de euros de activos, frente a los 53.000 millones de la antigua nacionalizada- y porque su soporte informático viene de la propia Abanca.

Todos los activos y pasivos de Etcheverría pasarán "en bloque" a engrosar el balance de Abanca, que actuará como entidad absorbente y aportará acciones para el canje con los accionistas de la absorbida. La propiedad del banco más longevo de España se reparte entre el holding de Juan Carlos Escotet, con el 82,42% de los títulos; el presidente, Javier Etcheverría, que controla el 6%; y los hermanos Domingo y Magdalena Etcheverría, con el 7,5% y el 4%, respectivamente. La familia fundadora pasará a ser socia de la nueva entidad, donde, de momento, también están presentes Caser, con un 2,75% del capital de Abanca tras el canje de preferentes y deuda subordinada por capital -aunque Escotet negocia con la aseguradora la compra de la participación- y EC Nominees Limited, filial del banco estadounidense EEUU Euroclear Bank, que tiene un 2,28%.

El inicio de la integración abre el camino a una etapa fundamental para el proyecto capitaneado por Juan Carlos Escotet. El trámite que permite colocar en velocidad de crucero la nueva filosofía de negocio y la unificación de la cultura corporativa en la plantilla. E, importantísimo, meterse de lleno en lo que la revisión del ajuste fijado por las autoridades comunitarias llama "periodo post-fusión", donde se podrá materializar ya la estrategia de Banesco tras la "profunda transformación" acometida en estos últimos meses, como el consejero delegado subrayó en la presentación de Abanca a finales de junio. Francisco Botas saltó meses antes de la autorización definitiva de Bruselas, en marzo, a la dirección general corporativa de lo que entonces era NCG para, precisamente, acelerar la transición y cerrar la nueva cúpula.

A ella se sumaron ayer a todos los efectos José Ramón Rodrigo Zarza y José García Montalvo. Los dos como independientes. El primero, ex del Santander, fue administrador del FROB en Unnim y luego en Novagalicia, tras el cese al anterior consejo de administración. García Montalvo, catedrático de la Pompeu Fabra y consultor de la UE, fue consejero independiente también en CatalunyaBanc.

Abanca contará con cuatro comisiones y comités en el consejo de administración. A los habituales en el sector -Retribuciones, Auditoría y Riesgo, estas dos últimas lideradas por Rodrigo Zarza-, la entidad gallega suma una Comisión Delegada de Créditos, con Botas al frente, que va en línea con el organigrama del negocio, donde cuelga un departamento específico para aligerar la concesión de financiación. Abanca anunció 12.000 millones de euros en sus tres primeros años de vida.