Aunque "no fue un buen año", en 2013 se produjo "un punto de inflexión" en la economía gallega. El Consello Económico e Social (CES), que presentó ayer su memoria anual, dibujó un panorama "esperanzador" al advertir que el deterioro de la situación económica se ralentizó en los últimos meses de 2013. A partir del tercer trimestre del pasado año, el PIB de la comunidad autónoma empezó a crecer. "Vemos la luz al final del túnel", aseguró la presidenta de este órgano consultivo, Corina Porro. Pero esta recuperación no está exenta de "dificultades". De hecho, en el documento, consensuado por todos los agentes sociales y económicos de la comunidad, se critican los recortes en sanidad y educación y se advierte de la precarización laboral y "el fuerte descenso de las afiliaciones a la Seguridad Social". Aunque la recuperación del empleo todavía es una materia pendiente, Porro avanzó que aprecia señales positivas para 2014 y confía en que si la economía sigue creciendo bajará el paro.

En este sentido, explica que las afiliaciones a la Seguridad Social cayeron en 2013 (en 27.431 personas), pero menos que en 2012 (39.099) y además en mayo y junio de este año ya se produce un incremento del número de afiliados. Y en cuanto al paro, apunta que se constata un descenso en la cifra de desempleados desde noviembre de 2013.

Por eso, la presidenta del CES insta "a no bajar la guardia". Este órgano consultivo propone consolidar un patrón de crecimiento económico "más sostenible" y priorizar "la reactivación del empleo y el dinamismo inversor".

En su informe el Consello Económico e Social lamenta que hasta ahora las políticas de crecimiento hayan sido "escasas y supeditadas a los objetivos de austeridad y disciplina macroeconómica".

Además alerta sobre las consecuencias que la crisis ha tenido sobre el mercado laboral. Por un lado, resalta que en 2013 se alcanzaron tasas históricas de paro del 22 por ciento y que un 35 por ciento de los desempleados lleva más de dos años sin trabajar. Entre los jóvenes el 49,9 por ciento está desocupado. Pero además el CES muestra su preocupación por el incremento del número de empleos a tiempo parcial y por la reducción de los contratos. "Estas circunstancias derivan en un grave problema de precariedad social y económica", avisan.

Entre sus conclusiones, el CES pone el acento también en los recortes sufridos en sanidad y educación. "Teniendo en cuenta el fuerte impacto social y económico de la crisis, reiteramos nuestra preocupación por la progresiva reducción de recursos en educación y sanidad (247 millones de euros menos entre los dos), así como los dedicados a la protección y promoción social (175,7 millones menos)", lamentan, al tiempo que recuerdan que esta merma contrasta con el incremento de fondos destinados a pagar la deuda pública.

En materia de servicios sociales, una de las preocupaciones del CES es que cada vez son más los gallegos en paro que dejan de percibir prestaciones económicas y se quedan sin ingresos. Por esta razón, reclama que "se adapte la cobertura social a las circunstancias derivadas de la profunda crisis económica sufrida". El objetivo debe ser, tal y como explicó Corina Porro, "garantizar unos mínimos de subsistencia" a las familias gallegas.

La sanidad también está en el punto de mira del CES. Se queja de la reducción del gasto sanitario y su repercusión sobre las listas de espera, el descenso de recursos asistenciales y el recorte en políticas de prevención. Como ejemplo, pone los programas de cribado para detectar tumores, una de las dos principales causas de muerte en Galicia. Según denuncia, los recursos se redujeron un 15,1 por ciento en 2013.