"Empieza haciendo lo necesario, continúa haciendo lo posible; y de repente estarás haciendo lo imposible". Ésta frase de San Francisco de Asís -se cumplen 800 años de su peregrinación a Santiago- puede resumir la trayectoria de los gallegos galardonados ayer con las Medallas Castelao: los hermanos Seivane, por su obradoiro de gaitas, el policía local de Vigo, Francisco Javier Pitillas, por su entrega al colectivo de sordos y personas con discapacidad intelectual, a Carmen Fraga, por su "europeísmo discreto pero tenaz", a Pilar Iglesias, por su defensa de la mujer del rural, y al procurador Juan Carlos Estévez, por contribuir a la innovación en la justicia.

"Cinco nombres, cinco trayectorias, cinco ejemplos" que, en opinión del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, son "motivo de orgullo para el conjunto del país". Por esta razón fueron condecorados con la Medalla Castelao en un acto que a diferencia de otros años no se celebró en Santo Domingo Bonaval sino en el Hotel Monumento San Francisco, en honor al octavo centenario de la peregrinación del santo a Compostela.

En este marco Feijóo impuso las medallas a los premiados que cargaron sus agradecimientos de emotividad, humor y palabras entrecortadas. El momento más conmovedor lo protagonizó el policía local vigués Francisco Javier Pitllas Torra, que desde hace más de quince años colabora con la Asociación de Pais de Persoas con Discapacidade Intelectual de Vigo, con la Asociación de Xordos de Vigo y la Federación de Asociacións de Xordos de Galicia, además de ser entrenador de varios atletas invidentes.

Tras agradecer el "error cometido" al concederle la Medalla Castelao decidió usar los tres minutos de los que disponía para su discurso para darle voz a Gerardo Fernández, sordo-ciego, y a Maxi y José Varela, afectados por parálisis cerebral.

A Gerardo lo ayudó a hacer el Camino de Santiago en 2009. Y ése fue solo el principio. La próxima aventura será recorrer Roma-Santiago en bicicleta y ahí Pitillas envió un mensaje al arzobispo de Santiago, Julián Barrio, presente en el acto, para que les consiguiera una audiencia con el Papa.

No fue la única petición. "Estamos a dos velas", se quejó el policía vigués que explicó que están vendiendo rifas. "Espero que el presidente me compre alguna para que así se anime el resto del auditorio", bromeó.

La música acompañó el acto y con un intérprete de tan solo seis años. Tres generaciones de la familia Seivane se reunieron sobre el escenario acompañando musicalmente al benjamín, Brais -sobrino de Susana Seivane- , que a su corta edad, ya domina un repertorio de 28 temas.

Este joven talento fue el contrapunto a trayectorias consolidadas como la de Carmen Fraga, que tras 20 años de europarlamentaria, se emocionó al recoger la Medalla Castelao y recordar a su padre, Manuel Fraga. "Él decía que somos servidores públicos y no necesitamos reconocimientos", recordó con la voz entrecortada.

Veterana es también la lucense Pilar Iglesias, mujer ligada al asociacionismo que además fue concejal en Lugo entre 1991 y 1999 y que recordó con cariño a los periodistas de aquella época que escribían "sin meterse con nadie". "Seguiré trabajando hasta que la muerte quiera", prometió casi sin aliento.

El procurador Juan Carlos Estévez, natural de A Estrada, reivindicó que pese a haber pasado buena parte de su vida fuera de Galicia se siente "orgulloso" de sus orígenes.

Los galardonados recibieron los aplausos de los miembros del Gobierno gallego, de la ministra de Fomento, Ana Pastor, la secretaria general de Sanidad, Pilar Farjas, y otros representantes institucionales. Pero antes Feijóo reivindicó en su discurso el papel de la Corona y proclamó que Galicia quiere ser "copartícipe de una España unida pero no uniforme". Así, defendió un galleguismo abierto y "no excluyente".