Desde que un paciente es ingresado en el hospital hasta que lo operan se tarda en España 1,63 días. Sin embargo, en Galicia esta demora es un 35 por ciento superior. La estancia preoperatoria se sitúa en 2,20 días en la comunidad gallega, la segunda más alta de todo el Estado, después de Canarias. El Ministerio de Sanidad utiliza este indicador para medir la eficacia hospitalaria y concluye que en aquellas autonomías con mayor espera entre el ingreso y la entrada a quirófano "hay un potencial margen de mejora del uso de los recursos hospitalarios".

Así lo concluye en el informe sobre la "Evolución de la Estancia Media Preoperatoria entre 2002 y 2012". No se trata solo de cuantificar lo que aguarda un paciente en la cama de un hospital a ser operado, sino que, tal y como explica el departamento que dirige Ana Mato, es "un indicador de resolutividad del proceso asistencial y es un buen aproximador de medida de la eficacia operativa del centro". En su opinión, cuánto menos se tarde en llevar a quirófano un paciente más resolutivo es un hospital.

Y en esta asignatura Galicia obtiene un suspenso. Aunque en la última década ha logrado rebajar la estancia media preoperatoria, sigue a la cola de España. En 2002 un paciente tardaba casi tres días (2,98) desde que entraba en el hospital hasta que era operado. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, este indicador se situó en 2012 en 2,20 días. Solo en Canarias se tarda más (2,36 días).

Un paciente tiene que esperar en Galicia para ser operado desde su ingreso casi el doble, por ejemplo, de lo que aguardan en País Vasco y bastante más que el 1,36 días que tardan en la Comunidad Valenciana.

El Ministerio de Sanidad es consciente de que en la estancia previa a la intervención quirúrgica pesan factores como la gravedad de la enfermedad o las condiciones del paciente, pero aclara que una demora alta refleja "un potencial margen de mejora".

Según su tesis, cuánto mejor esté organizado un hospital más baja será la espera del paciente hospitalizado antes de la intervención, lo que además permite a la Administración sanitaria ahorrar los costes derivados del ingreso. De hecho, según las tarifas del Sergas un día de hospitalización cuesta 528 euros.

El departamento de Ana Mato distingue entre los ingresos programados y los de carácter urgente. Según explica, cuando la hospitalización está planificada la tardanza del hospital en meter al paciente al quirófano indica el "grado de organización" del centro hospitalario. "Concretamente para prestar los cuidados preoperatorios desde el entorno habitual del paciente, reservando los recursos asistenciales necesarios para los cuidados postoperatorios sin exigir la ocupación previa de los mismos", señala Sanidad.

En el caso de los ingresos urgentes la estancia media preoperatoria mide la "capacidad del centro" para reaccionar ante estos pacientes que requieren una atención inmediata.