Lo que vale para calificar a las personas obstinadas, también sirve para definir un tipo de carbono del que la mitad perdura en el suelo durante más de un siglo. La palabra es "recalcitrante" y, al aplicarla al carbono, implica suelos con más nutrientes y con mayor capacidad de retención de agua y, por tanto, donde "no es tan fácil que se inicie o propague el fuego", según explica Felipe Macías, investigador de la Universidade de Santiago y presidente del comité organizador del VI Congreso Ibérico de la Ciencia del Suelo, inaugurado ayer en la capital gallega.

Las cualidades de este carbono, explica, permiten aumentar la "resistencia del suelo frente a los incendios forestales" como un elemento de "prevención", una de las líneas de investigación en la que trabaja el Laboratorio de Tecnología Ambiental del Instituto de Investigaciones Tecnológicas de la Universidade de Santiago que él coordina y una tecnología en la que está "muy interesada", afirma, la Consellería de Medio Rural, que "auspicia" el congreso.

Para conseguir este carbono, se parte de "residuos orgánicos", que "irían al vertedero". La misma maleza que se busca erradicar para evitar que los incendios se propaguen, serviría. "Se trata de valorizar los residuos orgánicos, desde malezas, residuos forestales y muchos rastrojos que se queman", explica Macías, quien señala que su grupo ya puede conseguir "en poco tiempo cantidades de carbono recalcitrante de calidad", aunque de momento en España la técnica no tenga un desarrollo industrial, sino solo en el ámbito de la investigación.

Porque los incendios preocupan a los investigadores. En general, explica Macías, "gracias a la condición climática" de Galicia, su suelo "está bastante bien dentro de lo que es un tratamiento poco cuidado". No obstante, observa que "tenemos bastante más erosión de la que deberíamos y los culpables son el fuego, además de las extracciones de recursos, que son necesarias".

Precisamente la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, explicaba ayer al inaugurar el congreso que las acciones de la Xunta para evitar la erosión de suelos afectados por el fuego impidieron que "entre 5 y 20 toneladas de ceniza por hectárea" procedentes de los incendios acabasen en playas y bancos marisqueros.

Montserrat Díaz Raviña, investigadora del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia, del CSIC, y presidenta de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo en Galicia, que coorganiza el Congreso, subrayó que el suelo debe protegerse por su función "ecológica y productiva" y avisó de que "cada vez tenemos menos suelos productivos". Al respecto, Macías destacó la relevancia de la "asignación de usos" y de "dar una salida de empleo" en el rural porque "si se desertiza, el medio se degradará mucho más rápido".

El congreso hace "especial hincapié" en el cambio climático. Por ejemplo, el edafólogo Francisco Díaz-Fierros analizó si el incremento de temperaturas incidió en el contenido de agua útil -la disponible para las plantas- del suelo gallego. Tras examinar datos de 1963 a 2013, concluyó que "no se aprecia ninguna tendencia significativa a que el suelo vaya siendo cada vez más seco".

Por otra parte, científicos de todo el mundo que asisten al congreso visitarán hoy la Serra da Capelada (A Coruña). Investigadores y profesores de medio ambiente de toda Galicia proponen convertir el área en un geoparque auspiciado por la Unesco por su "valor ecológico probado" -sus "más de mil millones de años de historia" y el que sea "algo rarísimo en el mundo por ser corteza oceánica que está encima de la continental", aduce Macías-, y muchos otros, desde el paisaje a la cultura, lo que "incentivaría" el turismo en la zona.