El Concello de Santiago consumió ayer otro capítulo para dar paso al exconselleiro de Medio Ambiente Agustín Hernández como nuevo alcalde de la capital de Galicia. El pleno, en una sesión que apenas duró tres minutos, dio cuenta de la sentencia que inhabilita a siete concejales del PP por prevaricación y de su abandono, de la dimisión de la edil popular Rebeca Domínguez, de la renuncia de asumir el escaño de otros candidatos que fueron en la lista del PP y de la presentación de los nuevos concejales que acompañarán a Hernández en el grupo municipal, entre los que figuran siete no electos.

Con este pleno, presidido aún por Ángel Currás, que deja la alcaldía pero no ha aclarado si se mantendrá como concejal, se abre la vía para que el exconselleiro tome el bastón de mando, si bien antes la Junta Electoral Central debe remitir las credenciales de los nuevos ediles.

A la sesión no acudió Agustín Hernández y en las bancadas del PP solo estaban ocupados dos asientos de los trece que ganaron en los comicios, ya que el regidor y su mano derecha, Reyes Leis, estaban en la mesa presidencial.

Con solo cuatro concejales, el alcalde pidió a la oposición aplazar el pleno ordinario de este mes, que tendría que celebrarse el día 26. Para ello, necesita el apoyo de PSOE y BNG, a los que hoy explicará las razones de su solicitud de aplazamiento. Fuentes del PP argumentaron que la petición está cargada de lógica pues el Concello vive unos momentos de "transición" y que como no hay asuntos de transcendencia, lo razonable es que la sesión ordinaria de celebre cuando Hernández y su equipo ya estén en el consistorio.

PSOE y BNG censuraron la imagen que da Santiago por ofrecer vacías la bancadas del grupo de gobierno -con las bajas de ocho ediles- y recriminaron la falta de legitimidad y el fraude a la democracia por recurrir a siete concejales que no fueron en la candidatura.

Por otra parte, diversos colectivos y partidos convocaron un asamblea para decidir acciones de protesta contra la "investidura ilegítima" del nuevo alcalde.