El helicóptero Pegasus que la Dirección General de Tráfico (DGT) destina a Galicia para controlar el exceso de velocidad sobrevuela desde ayer las carreteras de la comunidad. La aeronave llegó al aeropuerto coruñés de Alvedro, su base en Galicia, el pasado jueves para comenzar la vigilancia, pero una avería en una de las cámaras provocó una demora en su puesta en servicio. La principal novedad del Pegasus, según explicó ayer el jefe de patrulla aérea del noroeste de la DGT, Bernardo Cortijo, es que funciona con un láser que intercepta la velocidad excesiva de un vehículo y actúa como un "cazamisiles" porque, cuando el operador de vídeo sospecha de un vehículo infractor, lo sigue y "ya no lo deja". El dispositivo toma tres mediciones de la velocidad cada tres segundos -puede detectar hasta un máximo de 306 km/h- y de esos resultados saca una velocidad media para comprobar si es superior a la permitida.

El radar Pegasus es un láser con un software desarrollado por la empresa Intra incorporado en la webcam de vigilancia de un helicóptero convencional de la DGT que capta y graba otras infracciones como los adelantamientos indebidos en líneas continuas y tramos cebreados, giros incorrectos, el uso de teléfono o la falta del cinturón de seguridad, por lo que ambos sistemas son "compatibles".

En relación precisamente con la utilización del móvil mientras se conduce, el piloto del Pegasus destacó ayer que en sus 25 años sobrevolando las carreteras desde el aire -15 de ellos en Galicia- el caso que más le llamó la atención fue el del conductor cazado el lunes de la pasada Semana Santa leyendo Los Miserables mientras circulaba por la N-VI en Bergondo.

A partir de ahora el nuevo mecanismo permitirá a mayores captar la velocidad en las carreteras secundarias de la comunidad gallega que registran el 80% de los accidentes mortales. La coordinadora de la DGT en Galicia, Victoria Gómez Dobarro, aclaró ayer que el objetivo es servir de apoyo en vías convencionales donde para las patrullas de tierra es complicado llegar, aunque aclaró que no tienen porque tratarse necesariamente de "puntos negros".

En la presentación también estuvo presente el delegado del Gobierno, Samuel Juárez, quien destacó que el Pegasus funciona "como elemento disuasorio". Ante las críticas de su rentabilidad debido a que solo una hora de vuelo cuesta 2.500 euros, Juárez afirmó que desde el aire se aprecian mejor este tipo de infracciones y con este sistema lo único que se pretende es "velar y ofrecer un plus de seguridad en la red viaria, sobre todo en las vías con más accidentalidad".

El jefe de la patrulla aérea de Tráfico aclaró que el mecanismo es "polivalente" y puede operar con láser para medir la velocidad o sin él para detectar otras maniobras incorrectas. Desde una altura de 400 a 1.000 metros en la línea recta con el vehículo controlado, el Pegasus sigue su movimiento y mide su velocidad con una cámara panorámica; y el teleobjetivo que en los últimos días estuvo averiado graba las imágenes y lee la matrícula. Una vez en tierra, descarga todo el material grabado y se envía al centro de tratamiento de denuncias de la DGT en León.

Este es el tercer Pegasus que se pone en servicio en España, que en este caso, se destinará a controlar los vehículos que excedan los límites de velocidad en el noroeste peninsular "de forma aleatoria, sin previo aviso y sin periodos marcados" desde sus dos bases en A Coruña y Valladolid. Ya estuvo en Castilla-León, desde ayer opera en la comunidad gallega y está previsto que también lo haga en los próximos días en el Principado de Asturias.