Que tanto las cuentas generales del país como las de Galicia dejen atrás la recesión y que eso suponga un punto de inflexión en la crisis, no significa que la recuperación llegue a la economía doméstica. La del día a día, con la que viven, o sobreviven, las familias. El de 2013 fue otro ejercicio de apretarse el cinturón en la comunidad, con el mayor recorte, un 4,1%, de los cinco que el gasto acumula a la baja. Solo otras cinco regiones tienen un descenso superior, con una diminusción en el conjunto del Estado del 3,7%. El consumo medio anual de los hogares alcanzó los 26.088,5 euros, que son 1.114 euros menos que en 2012 y casi 3.900 euros por debajo de 2008, el máximo de la serie estadística, muy cerca de los 30.000 euros. Solo crecen los pagos destinados a enseñanza, un 3,2%. El ocio se lleva la peor parte, con un descenso del 14,6%.

La evolución del consumo refleja lo esperable ante un escenario de vacas flacas. La tijera pasa por los productos más o menos prescindibles, a lo que se añade el encarecimiento de varios servicios de primera necesidad en los que los incrementos vienen a causa del precio y no porque se usen más. Es el caso del desembolso en suministro de agua, con un alza del 7,4%. Galicia estrenó un nuevo canon en la segunda mitad del 2012. En esa misma línea va el importante aumento del 8,6% por la recogida de basura y un 6,3% en el alcantarillado. El coste de la factura eléctrica, en cambio, cae un 7%. Pese a que la tarifa está en máximos históricos. Lo que, evidentemente, apunta a un reducción en la demanda energética de los usuarios para ahorrar.

Todo lo que tiene que ver con los momentos de esparcimiento registra caídas de dos dígitos. Hasta un 20,6% en las vacaciones, a las que ahora solo se dedican unos 175 euros al año. Un 37,4% en los servicios recreativos y deportivos, para los que se reservan apenas 64 euros, cuando en 2006 superaban los 171 euros. El gasto medio en servicios culturales, muy azotados por el nuevo IVA, desciende un 15%, hasta los 165 euros. En 2008 sumaba 230 euros. No se libran los juegos de azar, con 141,8 euros, una cantidad un 2,4% inferior a 2012. La compra de libros (100 euros) se mantiene cuesta abajo, tras aminorarse otro 12% y la de prensa se deja un 23,6%, pasando de 85 euros a 65 en los dos últimos años.

Por detrás del ocio, el segundo gran sector que experimenta un mayor ajuste es el sanitario. Por la influencia de lo que está ocurriendo con la cita con el dentista. En 2012, el presupuesto de los hogares dejaba 520 euros para los servicios de odontología. El pasado 2013, la partida se redujo a 392,8 euros. Una diferencia del 24,5%.

A vestirse fueron 1.065 euros, con una caída del 8,3% -100 euros menos- entre las prendas y un 33,5% en los accesorios. En el calzado pasa más de lo mismo. Después de una caída de 50 euros, el 9%, el desembolso total se sitúa, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística, en los 370 euros por ejercicio.

Junto con la vivienda y los servicios relacionados con ella (30%), el tercer pilar del presupuesto familiar es la alimentación. 18 de cada 100 euros. El ajuste ronda los 146 euros en comparación con 2012 (-3,2%) y 822 euros respecto a 2008. La compra de pan permanece estable, frente a los recortes del 5,4% en carne (1.127 euros al año), un 3,9% en pescado (640 euros) y un 4% en leche y huevos (600 euros).

El gasto en vino, por el contrario, aumenta un 14,6%, 15 euros al año. Y también hay alzas, del 1,8%, en consumo de cerveza, cercano a los 50 euros. El tabaco se desploma: 50 euros menos, hasta los 346 euros. A la hora de salir de bares o comer fuera, el recorte es de 200 euros, un 10%, con 1.805 euros.