El verano llegará el fin de semana con lluvia para despedir a una primavera que fue seca y cálida, con un trimestre en el que temperaturas superaron la media mientras que las precipitaciones se mantuvieron en lo esperado. Pese a ser primavera, en zonas de montaña hubo jornadas como el 27 y el 28 de marzo en las que el termómetro estuvo en números negativos y llegó a los cinco grados bajo cero. La otra cara de la moneda fueron máximas en mayo que en concreto, el día16 llegaron a los 33,9 grados en Ribadavia (Ourense) aunque la semana pasada el mercurio ya sobrepasó los 35 grados en puntos del interior gallego.

Las estadísticas de la Aemet registran abril como un mes "muy cálido", con temperaturas que llegaron a superar los 30 grados en algunas zonas de Lugo y Ourense. El viento más alto se registró en el litoral coruñés en marzo, los días 3 y 25, con rachas que alcanzaron los 130 kilómetros por hora, mientras en abril y mayo en Fisterra (A Coruña) y Estaca de Bares (Lugo) rondaron los 100 km/h.

Las precipitaciones superaron días puntuales los 40 litros por metro cuadrado, pero en general desde la Agencia Estatal de Meteorología señalan que la estación fue seca con una distribución "irregular de las lluvias".

Según Francisco Infante, la falta de lluvias continua este mes de junio en la zona de Lugo y Ourense, donde no se ha recogido ni el 25 por ciento de las precipitaciones habituales para esta época.