Desde los organismos jurídicos e incluso el FROB se llegó a excusar que no necesariamente todos los directivos de las antiguas cajas con problemas deberían pasar por el banquillo porque una cosa eran "los errores de gestión" y otra diferente la administración desleal, uno de los delitos que se les reprocha a los imputados en las prejubilaciones. De todos los que fueron altos cargos, el que más cobró fue José Luis Méndez, director general de Caixa Galicia, con 14 millones de euros solo en pensión e "indemnización" -de 2,7 millones de euros-, como publicó FARO la pasada semana. El que fue máximo responsable de la entidad que en 2007 empezó a flaquear y a la que el Banco de España obligó ya a reestructurarse en 2008.

Con más de 2.000 millones de euros en pérdidas latentes, más de 800 sin dotar cuando llegó a la fusión, una morosidad disparada, el supervisor decretó su inviabilidad en 2009 y obligó a Méndez a quedarse fuera de las negociaciones con Caixanova para forzar una fusión que escondiese un problema que llegó incluso a la Audiencia Nacional. Como también publicó FARO la pasada semana, una sentencia acreditó que la mayoría de las valoraciones de la tasadora de la caja coruñesa eran erróneas y estaban sobrevaloradas.