La mochila hallada en Vallecas tras los atentados del 11-M. Fue una de las contadas investigaciones en España donde la Policía recurrió al ADN codificante para sacar información física del portador de ese objeto. Y lo hizo para conocer su origen poblacional. A diferencia de España, en otros países, como EEUU, Holanda o Reino Unido, los investigadores recurren a retratos robot genéticos para resolver los casos más graves. Para este tipo de delitos sin esclarecer, el jefe del laboratorio biológico de la Policía urge cambios legislativos que permitan analizar rasgos físicos de los autores de un delito.

Los marcadores genéticos con los que trabaja la Policía Científica tan solo permiten conocer un rasgo codificante: el sexo genético. La ley ha abierto muchas puertas a la investigación criminal, pero también ha cerrado otras: los policías no pueden utilizar el ADN para sacar información codificante, algo que antes de la reforma de 2007 los jueces autorizaban para casos concretos. El director del laboratorio biológico de la Policía en A Coruña sostiene que es necesario que la ley permita usar ADN codificante para avanzar en retratos robot genéticos para los delitos graves sin resolver.

-En el laboratorio tienen que hacer un reciclaje continuo y al día de todos los avances. ¿Qué tipo de experimentos han hecho?

-Desde que se abrió el laboratorio hacemos experimentos en los que nosotros también nos sometemos a análisis genéticos. Dejamos nuestras trazas biológicas en cuchillos que clavamos en cajas o incluso muestras de esperma en tejidos para ver cómo se conservan con el paso del tiempo y en diferentes condiciones ambientales. Incluso analizamos una máquina de escribir que llevaba más de diez años guardada en la casa de la aldea de mis padres y que solo yo había utilizado. Tantos años después mi ADN estaba en muchas de las teclas.

-¿Algún estudio que hayan hecho y que les haya permitido avanzar en investigaciones?

-Tras varias pruebas avanzamos en casos de violación. Los restos biológicos que un agresor puede depositar en el cuerpo de la víctima, incluso en sus epitelios, por ejemplo las piernas, pueden permitir la obtención de un perfil genético. Por este estudio sobre las búsqueda de restos biológicos sobre epitelios humanos nos dieron el premio Fernando Martínez de la Asociación Gallega de Médicos Forenses.

-¿Avanza al mismo ritmo la ciencia y la legislación?

-A día de hoy no se puede analizar el ADN codificante. En otros países, bajo órdenes judiciales, sí se puede realizar un retrato robot genético para casos graves, como por ejemplo una violación. Es decir, determinar el color del pelo, la edad biológica aproximada, la longitud del dedo índice, cómo dobla la lengua, la forma del mentón, el ancho del tabique nasal, la longitud de las pestañas, pelo rizo o liso o incluso anomalías genéticas como la miopía... En ausencia de pistas, la ley penal procesal debería permitir hacer retratos robot genéticos para resolver delitos graves. Hay que avanzar legislativamente.

-¿Qué cambios legislativos serían necesarios en el campo de la genética forense para usar ADN codificante?

-El debate ha evolucionado, la ciencia avanza por delante de los cambios legislativos. Con la mochila de Vallecas, en los atentados del 11-M, ya se hizo para saber el origen poblacional. Por una identificación [de un presunto delincuente] en rueda de reconocimiento, donde el grado de subjetividad es alto, uno puede ir a la cárcel. Un retrato robot genético es una prueba científica objetiva. Si se autorizan pinchazos telefónicos para algunas investigaciones ¿por qué no se va a permitir analizar el ADN codificante?