Aunque habrá menos registradores en Galicia, los que queden se repartirán la tarta y tocarán a más ganancias. El puesto de registrador se consigue mediante oposición y tienen categoría de funcionarios. Sin embargo, las ganancias que genera el registro las gestionan ellos, que tienen también capacidad para contratar al personal que necesiten.

El Gobierno de Zapatero intentó romper el lobby de los registradores aumentando las oficinas registrales y así la competencia, pero cuando llegó el Ejecutivo de Rajoy suprimió un total 80 registros, a los que ahora se suma un nuevo hachazo.