Un año y casi cuatro meses después de ser nombrada portavoz del PPdeG, Paula Prado dimite de forma "irrevocable", erosionada por el caso Pokemon, que analiza actuaciones que podrían haber beneficiado a empresas afines al PP durante su etapa como concejal en Santiago. Su decisión se produce dos semanas después de que se conociese que la juez Pilar de Lara había abierto una pieza separada sobre su persona y hubiese preguntado a la Fiscalía sobre la elevación de su caso al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia para analizar su posible imputación, pues goza de aforamiento por su calidad de diputada. Fuentes del PPdeG indicaron que todavía no se ha abordado el nombre de su sustituto, cuestión que se analizará a partir de hoy tras la llegada a Galicia del líder del partido y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que ayer regresó de viaje oficial a Japón.

Prado rompió cuatro meses de silencio ante los medios para anunciar su adiós, justo en medio de la tormenta de dimisiones que afecta al concello de Santiago, sus antiguos compañeros de corporación, lo que pretende concentrar el daño mediático al partido en el menor tiempo posible, según reconocen fuentes del PP, que quiere soltar lastre antes de encarar el último previo a las municipales tras el toque de atención del 25-M, que muestra el riesgo de perder varias gobiernos urbanos. "Son días de salidas en el PPdeG y es buen momento para renunciar a este cargo", aseguró antes de reconocer que el partido afronta así con "equipos nuevos la recta final hacia las municipales". En ese proceso, la existencia de una pieza judicial sobre su caso "no ayuda al partido".

Prado, que negó haber cometido ningún delito, alegó el peso del caso Pokemon como motivo de su dimisión, si bien ya en las primeras semanas del año trascendieron algunos de los pinchazos contenidos en el sumario que centraron las críticas de la oposición y la atención mediática sobre ella. "No ayudo al PP todo lo que quisiera y considero que la portavocía debe recaer en otra persona que pueda ejercer y trasladar con más facilidad las propuestas del partido", alegó, explicando que no puede trasladar mensajes del PP porque las preguntas de la prensa se centran en "conversaciones personales" y su implicación en el caso que investiga una red de sobornos en varios concellos que ha salpicado también a otros partidos.

Aseguró que ya había presentado su dimisión en febrero, días después de que trascendiesen las primeras investigaciones de la juez, pero Feijóo no la aceptó. El martes, sí.

Aunque abandona su puesto como rostro del PP y látigo de la oposición, Prado mantendrá su escaño como diputada porque su situación -de testigo y no imputada- "no afecta en absoluto" a su labor en el Parlamento. Esa situación, además, mantiene su condición de aforada y obliga a la juez de Lara a dejar en manos del TSXG su posible imputación. Curiosamente, en la Cámara ejerce de responsable de asuntos de justicia. "No contemplo la posibilidad de que se me impute", aseguró.

Aludiendo al secreto de sumario y que podría ser acusada de un delito de revelación, Prado no respondió a cuestiones concretas del caso Pokemon. "Lo que sí voy a decir es que nunca, nunca, jamás, participé en ese contrato, inflé ninguna factura ni manipulé ningún expediente en ninguno de los puestos que tuve en la administración", indicó.

Además, mostró su apoyo a sus excompañeros en Santiago condenados y deseó "el mayor de los éxitos" al alcalde, Ángel Currás, en la recomposición del gobierno. No respondió a la prensa si este, imputado en dos causas, debería dimitir.