Entre 2011 y 2013, la Escuela de Negocios NCG se apuntó unos números rojos de más de cinco millones de euros. Un agujero que fue a parar a las cuentas de la Fundación Novacaixa, su actual propietaria, que vive de las rentas del dinero que le dejaron las antiguas cajas en sus arcas y cuya pasividad con la escuela amenaza con llevar al centro a la ruina. Pese a haber reducido drásticamente su actividad en todos los órdenes, la Fundación es incapaz de generar nuevos ingresos. En el caso de la Escuela de Negocios, heredada de la desaparecida Caixanova, no cuenta con un plan específico que garantice su viabilidad. Solo en 2013 la Escuela perdió 1,675 millones, según los datos disponibles por este periódico. Desde la Fundación aseguran que la institución académica forma parte de su "plan estratégico" y que hay un "plan de estudio" para garantizar su continuidad, aunque en la memoria de la Fundación NCG apenas se dedican dos páginas a la actividad de la Escuela durante el año pasado, sin alusión directa a su futuro. Empresarios, asociaciones e instituciones privadas están convencidas de que, sin un plan estratégico, la Escuela de Negocios, que ha nutrido de dirigentes a grandes, medianas y pequeñas empresas gallegas, es "inviable".

El plan "tumbado"

Como publicó FARO, se había diseñado un proyecto alternativo, que pasaba por adscribir la Escuela a la Universidad San Pablo CEU para poder obtener más grados y "garantizar la supervivencia" de la institución académica. Pero el plan se tumbó desde Santiago y desde el mismo patronato de la Fundación, con Manuel Galdo -director xeral de Política Financeira de la Xunta- a la cabeza. Galdo, uno de los principales impulsores de la fusión de Caixanova y Caixa Galicia, rechazó de plano esta posibilidad a pesar de que el proyecto alternativo -diseñado por Eduardo García Erquiaga, director de la Escuela- contaba con apoyos implícitos de altos cargos del Gobierno gallego, así como de reconocidos empresarios, organizaciones empresariales y otras instituciones de relevancia en la comunidad.

El proyecto alternativo prescindía del centro coruñés -por baja actividad-, daba entrada a capital privado, se desascribía de la Universidade de Vigo y se comprometía a pagar 90.000 euros al año a la Fundación por el alquiler del edificio de la Escuela (con opción a compra). "El centro es inviable si no aumenta su oferta de grados", creen fuentes conocedoras de su situación. Galdo sentenció en sede parlamentaria que la posición de la Fundación "es profundizar la relación" con la universidad viguesa. El hecho de que la Escuela esté adscrita a UVigo impide la creación de nuevas titulaciones oficiales.

Sin proyecto alternativo

El caso es que, pese a las declaraciones de Galdo, ni desde la Fundación ni desde el Ejecutivo gallego se ha puesto sobre la mesa un plan para impedir que la Escuela siga siendo un saco roto que "se acabe convirtiendo en una simple escuela de posgrado", creen otras fuentes consultadas por FARO. La apatía o desinterés de la Xunta y la Fundación hacen que, a día de hoy, no exista un proyecto para que la Escuela se autofinancie, aunque sea en parte, y no dependa de la Fundación. Ésta tampoco han incorporado inversores, más allá de que el nuevo dueño de NCG Banco pudiese destinar.

"Ahora mismo está en un estado de hibernación, sin un concepto claro que sirva para que no pierda su nombre, su marca". Según reconocen personas próximas a la Fundación, "no hay proyecto". El patronato de la institución -de la que forma parte el exsecretario de Caixa Galicia, Gonzalo Ortiz- no arroja luz sobre el futuro que le depara a la Escuela de Negocios, fundada en 1987 por la antigua Caixa Vigo. El plan alternativo requería de la conversión de la Escuela en una sociedad mercantil con un millón de euros de capital social, que llegaron a estar comprometidos por parte de altos cargos de la Xunta, empresarios y otros inversores. Pero Galdo rompió la baraja y no ha repartido todavía las cartas. Frente al decaimiento de la Escuela NCG, en A Coruña toma impulso la Escuela de Finanzas -que contó con financiación del Banco Pastor-, con una amplia oferta académica y con sede en Oleiros.