Las conversaciones de bar con propuestas para cambiar el mundo no son novedad, pero los ciudadanos implicados en Podemos decidieron pasar del dicho al hecho y, sin sedes -acogidos por propietarios de cafeterías "solidarios"-, sin estructura de partido y sin apenas recursos monetarios, colaboraron en la construcción de una alternativa en la que participaron porque la gente de a pie tiene "la palabra", como explica la profesora de Música Patricia Fernández, de Teo (Santiago).

Esa es la "clave" de su éxito para la orientadora laboral Ana Sánchez, de Podemos Vigo, quien subraya que la diferencia con respecto a otras propuestas reside en que la liderada por Pablo Iglesias es "una iniciativa ciudadana en la que decidimos nosotros". "No decide la militancia a puerta cerrada ni es una estructura cerrada", recalca.

Víctor Casas, pontevedrés licenciado en Ciencias Políticas implicado en el círculo Podemos de Santiago, lo explica de otro modo: "Sería muy cínico no reconocer que la figura de Pablo fue clave; pero están muy equivocados aquellos que piensan que Podemos está limitado a un líder mediático: esto no es un proyecto ni personalista ni vacío. Es una forma de expresión de un enorme descontento social, canalizado en fuerza institucional".

La movilización de cientos de voluntades hacia un mismo objetivo se explica también, según Ana Sánchez, por el cansancio del modelo imperante. "La gente está harta y tenía ganas de hacer cosas y de hacer política, pero de hacerla nosotros, de cambiar las cosas. Esas ganas constituyeron una fuerza tremenda", señala. Ese entusiasmo propició que por todos los rincones de la geografía gallega surgieran ciudadanos dispuestos a esforzarse en pro de una propuesta promovida por un grupo de profesores de Políticas de la Complutense de Madrid. Estos decidieron dar el salto respaldados solo por una sede de 30 metros cuadrados y un impacto en las redes sociales que se extiende como un virus y que se cuenta ya en cientos de miles.

Todos esos factores, la importancia "fundamental" de Pablo Iglesias, la apuesta por las redes sociales y "el boca a boca" explican -según los miembros de esta iniciativa- que el 25-M Podemos lograse en Galicia un 8,3% de los sufragios y se convirtiese en la cuarta fuerza política, dejando rezagado al BNG. Solo en Pontevedra y A Coruña recabaron más del 80% de los votos.

Aunque los primeros círculos de Podemos en Galicia surgieron el pasado enero, la comunidad no era desconocida para su "cara visible", Pablo Iglesias, quien formó parte del equipo que asesoró a Esquerda Unida en la campaña en la que se unió a Anova de Beiras bajo el paraguas de AGE y lograban 9 escaños en su estreno en unas autonómicas. De hecho, como reconocía a este diario Carolina Bescansa, miembro del equipo fundacional de Podemos y, como compostelana, conocedora de la situación política de la comunidad, el éxito de AGE en Galicia, junto al de otras iniciativas similares en otros territorios del Estado, les hizo ver que "los cambios eran posibles" y que por lo tanto lo que había que hacer era "impulsar" una nueva opción.

Ana Sánchez, Patricia Fernández o Víctor Casas son algunos de los gallegos que aceptaron recoger el guante, aportando trabajo y conocimientos a la difusión de la iniciativa, cada uno en la medida de sus posibilidades. Porque en Podemos "nadie es más que nadie", subraya Fernández, quien destaca que esa "igualdad", ese "trabajo desde la base", es lo que la decidió a unirse.

Y aún la anima, porque ahora en el círculo de Santiago la intención, explica, es crear grupos de trabajo "que sepan de lo que están hablando", especializados, por ejemplo en educación, para "que lo que se presente en el programa esté claro e ir más allá". Aparte, añade, de "trabajar por todo lo que necesita la sociedad, fundamentalmente luchando por lo público". "La idea es que sea la ciudadanía la que capitanee el cambio", subraya.

Ana Sánchez encontró en Podemos un eco: "El sistema nos repetía: dejadlo todo en nuestras manos, no hay nada que hacer, ya lo hacemos nosotros" y Podemos planteaba lo opuesto, que "la política está en el día a día y que quien la tienes que hacer eres tú". Ahora, reconoce, "queda lo más difícil". No solo porque se ha apuntado "muchísima" gente -están buscando una sede más grande- y no paran de recibir correos pidiendo información, sino porque su objetivo es "recoger a nivel local las necesidades y lo que quiera la gente y organizarse a ver cómo podemos hacerlo".

Víctor Casas concluye que Podemos logró despertar en la gente una "ilusión descomunal". Comenta que la asamblea en Santiago tras las elecciones fue "increíble". "Éramos entre 70 y 90 personas. La gente tiene ganas de hacer. ¿Se pueden hacer las cosas de otra forma? Seguramente, a la vista está", proclama.