La manifestación del 8 de febrero de 2009 de Galicia Bilingüe en Santiago superó el recorrido entre la Alameda y la Praza da Quintana de "milagro". Porque no solo se encontraron con trabas ese día para arrancar la marcha, sino antes, tal y como declaró ayer Gloria Lago, presidenta de la entidad, que acudió como testigo a la tercera sesión del juicio contra doce independentistas a los que se acusa de altercados registrados esa jornada.

Lago -que accedió a la sala por una zona diferente a la del resto de los testigos-, dijo haber recibido en días previos "amenazas" anónimas que le advertían de que le iban a "sacar los dientes" si organizaba la manifestación. De hecho, dijo que cuando llegó a la Alameda pensó que la marcha no iba a salir: "Lo primero que vi fue a algunos de los que están aquí" -en alusión a la sala- "y tenía la sensación de que se estaba ya organizando algo y ya me puse en lo peor". El operativo que, a su juicio, buscaba boicotear la convocatoria estaba "muy bien organizado": "Había un grupo que intentaba hacer el ridículo de nosotros detrás y gente intentando provocar a los que estaban manifestándose escupiéndoles, insultándolos...", explicó. No obstante, admitió que lograron llegar hasta A Quintana y leer el manifiesto porque "una vez que arrancó" la marcha no hubo incidentes, "únicamente canicas y gel que pusieron en las escaleras para que nos cayéramos", según indicó al fiscal.

"No pensábamos que iban a estar tan organizados y que iban a ser tan agresivos", valoró Lago, quien dijo haber recibido "un golpe en la espalda" de uno de los procesados, aunque luego admitió que no tenía la "seguridad" de quién había sido el autor.

El interrogatorio de Lago provocó alguna intervención de la juez, quien recordó a la defensa que no se juzga "el contenido político de los hechos". En la misma línea se manifestó cuando comparecieron dos peritos expertos en sociolingüística, los testimonios finales. Entonces indicó a la defensa que cualquier razonamiento en este campo "no justifica que se le pegue a la Policía ni que se causen daños".

Antes habían testificado dos periodistas, que relataron cómo un grupo de personas, que no identificaron, "volcaron un contenedor" en su coche y lanzaron piedras, además de otros testigos que hablaron a favor de los acusados, manteniendo que uno de ellos estaba en Vigo y otro con su compañera sentimental. Un miembro de la dirección de Nós-UP aseguró que la marcha convocada por su formación para "denunciar" que se celebrase "un acto en contra del idioma" de Galicia fue "pacífica" y negó haber visto "lanzamiento de objetos de ningún tipo".

La ausencia de Rosa Díez, líder de UPyD, obligó a fijar otra sesión el 13 de junio. La política alegó estar en campaña, lo que la juez ve una justificación "relativa". La defensa desistió de otro testigo, el miembro de Falange Ricardo Sáenz de Ynestrillas, que no se pudo localizar.