María Biempica se estrenó ayer como edil no adscrita en el ayuntamiento de Pontevedra y consumó la cuarta dimisión en las filas populares debido a enfrentamientos con el líder local, Jacobo Moreira. La concejala justificó su decisión por la presión de este último, al que acusó de arrinconarla y no dejarle ejercer su trabajo, y, a diferencia sus otros tres compañeros, no renunció al acta en el concello.

Su primer pleno como no adscrita se saldó con una escenificación de su distancia con sus excompañeros, pues votó de manera diferente al PP hasta en cuatro ocasiones. Además, se defendió de las críticas recibidas desde las filas populares acerca de que su intención era la de "conseguir un sueldo", y renunció a una parte de asignación del grupo del PP que le pertenecía y que asciende a 160 euros mensuales. Cobrará ahora 250 euros por cada asistencia a pleno y otros 90 por cada comisión (participará en dos, aunque alegó que podría hacerlo en todas).

A este conflicto se refirió también el secretario xeral del PPdeG. Alfonso Rueda respaldó a Moreira y reclamó a Biempica la entrega de su acta, conseguida bajo las siglas de su formación. "No es coherente decir que uno mantiene posturas con firmeza y al tiempo conservar un acta que obtuvo en las listas del partido que ahora abandona", declaró.

Además, señaló que quien sea elegido líder local en el congreso posterior a las elecciones europeas será casi con seguridad candidato a la Alcaldía.