Las grandes cifras que encabezan habitualmente los análisis sobre el comportamiento del mercado laboral en esta dura crisis son solo una parte de la fotografía que evidencia su todavía enorme deterioro. Galicia acabó el pasado año con un total de 280.900 personas sin trabajo y una tasa de desempleo del 21,9%, según la revisión del Instituto Nacional de Estadística (EPA) a su última Encuesta de Población Activa (EPA) conocida la pasada semana. Y la falta de oportunidades para contratarse empapa todos los detalles cuanto más se escarba por debajo de esos datos generales. Especialmente entre los jóvenes de la comunidad. Son la inmensa mayoría de los 21.200 parados en busca de su primer puesto. De hecho, solo 1.800, el 8,5%, tiene más de 35 años. La espera para conseguirlo parece agónica. Seis de cada diez, 13.500, llevan en esa situación más de un año.

A medida que el parón económico se agudizó, el volumen de jóvenes en esta situación fue en aumento. Sin cambio de tendencia a la vista. En el tercer trimestre de 2009 sumaban solo 4.100 personas. Cuatro años después, como figura en la información complementaria de la EPA que aporta el Instituto Galego de Estatística (IGE), el número se ha triplicado y alcanza niveles inéditos, tras el incremento en 1.000 personas respecto a diciembre de 2012. Mientras, los que declaran que finalmente salen de la encrucijada representan tan solo 200.

La cronificación del paro es uno de los males del tejido productivo autonómico. Cada vez cuesta más lograr un puesto y el tiempo en acceder a él se alarga. A los 21.200 desempleados que nunca han podido trabajar se unen los 259.700 que sí han estado contratados antes. Del total, 37.000 están sin ocupar desde hace menos de tres meses; otros 34.000 entre tres y cinco; a partir de los seis y hasta doce meses ya, la cantidad crece a 43.600. El resto, 145.100, superan el año. El 56% de los parados.

En una desagregación mayor de esos tiempos, el panorama arroja una realidad alarmante. Entre aquellos que llevan sin trabajo más de dos años. Por encima de las 107.000 personas, lo que representa el 38,2% del conjunto de desempleados de la comunidad. Frente a todos estos porcentajes, solo 9.600 encontraron un trabajo. Apenas el 3,5%.

Que el impacto de la recesión en el mercado laboral haya tenido a los gallegos de menor edad como principales protagonistas se nota en los perfiles de los desempleados y la diferente incidencia del problema. Con grandes choques sociales. Por ejemplo, el hecho de que la tasa de paro sea menor, incluso que la media (21,9%), entre los considerados "persona de referencia" en el hogar. En su caso, el 20,3%. Por el contrario, el índice de desempleo entre los hijos se dispara al 37,2%. Casi el doble. Entre las parejas del o la considerada figura principal, es del 14,7%.

Las mismas peculiaridades arroja, según la documentación del IGE, en el estudio según el estado civil. Más de la mitad de los parados gallegos, el 51,4% (144.500), están solteros. Otros 108.400 están casados; hay 2.900 viudos; y 25.100 separados o divorciados.