La tregua soleada de los días previos y parte de la Semana Santa no fueron suficiente para archivar el recuerdo del duro invierno que acabamos de dejar atrás. Alertas encadenadas por ciclogénesis y, en general, mucha lluvia y viento, que han provocado cifras de récord. Y no solo en los registros meteorológicos. Los temporales dejaron ya en diciembre un comportamiento inédito de las energías renovables en Galicia. Solo en los días iniciales del mal tiempo, en la antesala de las fechas navideñas, la eólica elevó su generación un 56%. En solo una jornada, las fuentes limpias aportaron la electricidad que consume anualmente el sector del transporte de viajeros. Lo que ayudó a que el sector cerrara un 2013 de récord. Y esa tendencia se ha mantenido en el actual 2014, con, de nuevo, datos históricos en el antes llamado régimen especial, que en los dos primeros meses disparó su producción un 33,7% respecto al mismo periodo del ejercicio pasado y un 23% más que en 2010, cuando se vivió el mejor arranque de año para estas tecnologías.

La generación en enero y febrero suma 3.142 gigavatios hora (Gwh), según el Instituto Enerxético de Galicia (Inega). El equivalente al 24% de toda la producción del régimen especial en la comunidad durante el conjunto del año pasado, que ya tuvo una actividad sin precedentes. Lo que da una idea muy clara de cómo se comportó el sector. Su balance en esos dos meses representa el gasto eléctrico de toda la provincia de Ourense en dos años.

Prácticamente siete de cada diez GWh producidos salieron de los parques de aerogeneradores, que son los que mejor evolución presentan. Su operatividad se incrementó respecto a 2013 un 48,7%. La minihidroeléctrica -los grandes embalses estaban clasificados en el régimen ordinario, sin derecho a primas- alcanzó 628 GWh, tras un incremento por encima del 11%. Una variación muy parecida en la cogeneración, con 289 GWh en los dos primeros meses del año, lo que supone un alza del 13,7%.

Desplome de la biomasa

En el resto de tecnologías renovables, con una presencia muchísimo menor en el mix energético gallego, los resultados, en cambio, son a la baja. Muy a la baja. Así, la contribución de electricidad con los residuos cae un 30,4%, según el registro del Inega; otro 19,7% la solar; y especialmente llamativo es el caso de la biomasa -el área en la que el Gobierno gallego pone ahora el objetivo para revitalizar las renovables en la comunidad-, que solo arrojó 0,7 GWh, después de un desplome en la producción superior al 82%.