A falta de menos de un año para que llegue el final de las cuotas lecheras, previsto para el 1 de abril de 2015, España suma apoyos para reclamar un mecanismo que proteja al sector lechero, una vez que se liberalice la producción. En el Consejo de Ministros de la Unión Europea celebrado la pasada semana Austria, Francia y otras delegaciones de países que temen la competencia de los gigantes lácteos del Norte del continente insistieron en pedir medidas para lograr un «aterrizaje suave» ante la extinción de los cupos lecheros.

Austria reclama cierta flexibilidad en una posible multa por sobrepasamiento de la producción lechera, en caso de que se produzca al término de la campaña actual, la última en la que estará vigente el sistema.

La eliminación del sistema de cuotas, que regula el mercado lácteo europeo desde 1985 y que se implantó en España en 1992, es una cuestión que, lejos de estar resuelta, genera cada vez más divisiones entre los socios.

El mecanismo fija una cantidad máxima de producción de leche para cada uno de los países, en el caso de España son seis millones de toneladas anuales, que en caso de excederse deben pagar una tasa conocida como «multa láctea».

Austria pidió saber si habrá base legal para seguir imponiendo este pago una vez que desaparezca el sistema de cuotas y, en caso de ser así, si los países podrían abonarlo en forma de un préstamo sin intereses a cinco años. A este respecto, los servicios jurídicos del Consejo de la Unión Europea aclararon que para el período 2014-2015 está prevista una campaña lechera con cuotas, por lo que cabe la posibilidad de tener que pagar la tasa. El modo de pago podría ser objeto de una discusión política a partir de junio.

El ministro español de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, cabeza de lista por el PP a las elecciones europeas, que aprovechó el Consejo para despedirse de sus colegas de la UE, también incidió en la necesidad de establecer mecanismos que protejan los márgenes de los ganaderos, en caso de exceso de producción láctea, con un sistema similar al que se aplicará en Estados Unidos a partir del mes de septiembre.

Por el contrario, los países en los que la producción de leche no se está incrementando y que, por lo tanto, no tienen problema de supertasa, pero que sí están preocupados por una posible amenaza de un mercado con exceso de leche, se opusieron a esta petición. Defendieron que habría que aplicar estrictamente las medidas acordadas en 2008.

Fue en ese año cuando, a fin de asegurar un final poco traumático del sistema, los Estados acordaron incrementar la producción anual de leche en la UE en un punto porcentual a partir de 2010, de modo que los productores tuviesen tiempo para adaptarse a un entorno de libre mercado. Ahora, la European Milk Board, que integra a productores de quince países, aboga por una regulación y unas garantías del precio de la leche y advierte que, si la eliminación de las cuotas no va acompañada de mecanismos de refuerzo del mercado, el resultado será «desastroso» para el sector. Los contratos escritos con las industrias tampoco convencen a los representantes de los ganaderos, ya que «la posición de debilidad de los productores hace imposible la negociación de acuerdos justos para los ganaderos», señalan en la organización europea.

La Comisión preparará un informe, que presentará antes del 30 de junio, sobre el desarrollo del mercado lácteo tras la aprobación del paquete lácteo. Este informe podría ayudar a decidir si son necesarias medidas adicionales. La UE es el mayor productor mundial de leche y los productos lácteos representan más del 15% de la producción agrícola europea. A la cabeza se sitúan Alemania, Francia y Reino Unido. España ocupa el séptimo lugar, con un desfase de tres millones de toneladas entre producción asignada y consumo.